ElMonito burla al tío y se va a la toma

-Brrr, tengo frío. ¿Cuedo prender la estufa de gas etológico, querido tío?
-Haz ejercicio. Corre los cien metros planos.
-No tío, porque tengo las zapatillas dormidas y no se cueden despertán si me pongo a correr, entonces se me cueden doblar las zapatillas y descués me tienen que enyesar las patas. Mejor voy a correr.
-Pero cómo, si acabas de decir que no.
-Es que me dieron ganas de dar la vuelta de la manzana. Cuente hasta tres y empiezo y descués me dice cuánto me demoré.
-Un, dos tres, ¡ya! Demórate harto.
(Pasa el rato).
-Qué raro, el mequetrefe se ha demorado mucho.
(Media hora después).
-Si sigue demorándose tanto tendré que salir a buscarlo.
(Una hora después).
-Voy a ver qué pasa.
El tío da vuelta la manzana y ni señas de su sobrino. Pregunta al quiosquero, en la panadería, en el bazar, en la botillería. Por fin alguien le da una pista: el verdulero.
"Lo vi con unos niños de uniforme que andaban gritando por la calle", le informa.
-¿Qué dirección tomaron? -pregunta el tío.
-Iban al colegio, parece -responde el buen hombre.
En efecto, ElMonito y sus compañeros están dentro del colegio, encerrados con candados. Una pila de sillas tapa la entrada.
-¡Sal de ahí, animal!
-No cuedo, querido tío señor Lamordes, porque estamos tomando el colegio, pero no tomando vino porque es de tomar jugo, pero unos más grandes andaban con una caja de vino pero yo no tomé vino porque no me gusta tomar vino porque descués me sale hipo y tan bien descués me cuedo curán y entonces los caradineros me llevan al caladozo.
-¡Sal de ahí, te digo!
(Los demás compañeros se enojan y echan maldiciones. ElMonito trata de calmarlos).
-No lo molesten tanto porque cuando lo molestan le cuede salir espuma y en veces pone cara de moutro, da miedo. Pero tan bien es un poco viejito así que hay que tratarlo no tan mal, o sea con lástima.
-¡Ya, saliste del colegio!
(Los demás alumnos).
-Cállate viejo infeliz.
-¡Ándate al asilo, tata!
-¡Tómate la pastilla del Alzheimer!
-¡No se puede con ustedes! Ahora entiendo por qué no aprendes nada aquí, gaznápiro.
-Pero es que si salto la reja entonces me cuedo ensartán el popó, tío, porque es muy difícil saltar la reja, ¿no ve que mide mucho?
-Sal por el lado.
-De veras... ya salí. ¡Chao cauros! Descués voy a volver.
-¿Volver? Te vas directo al closet.
-Hable más despacito tío, ¿no ve que me hizo pasar verguenza? Ahora el Toro y el Martínez van a decir que soy poco hombre.
-Y mentiroso más encima. Quedaste de dar la vuelta a la manzana y te fuiste a la toma.
-¡Es que justo pasaron los cauros y me dijeron que si no iba a la toma entonces podía ser poco hombre! Y yo no quero ser poco hombre.
-Pero si eres un niño títere. Qué te preocupa tanto.
-Es que si soy poco hombre me cuedo convertir en mujer.
-¡Cállate, bueno para nada! ¿Crees que así son las cosas?
-Eso dicen los cauros. Dicen que los hombres tiran pollos.
-No les hagas caso y déjate de andar escupiendo. ¿Se te quitó el frío?
-Sí, pero descués parece que me va dar de nuevo.
-¿Y qué harás entonces?
-A lo mejor cuedo dar la vuelta de la manzana.
-Ni lo sueñes.