Wednesday, May 23, 2007

Una "indección" contra el "virus sindical"

Querido diraio
Las cosas están más o menos no más porque hace varios días que ando medio refriado. Me duele el puerco, me duelen los brazos y tan bien me duelen las costillas de adentro, parece que estoy gravemente enfermo, ojalá que no me muera antes de conocer Wisneybon, pero ni tío dice que no cuedo perderme niuna sola hora de clases porque osinó voy a quedar pegado y voy a quedar repitiendo ekcétera, dice ni tío, así que todos los días voy a clases pero me da frío, especialmente me da frío como a la primera hora y tan bien a la segunda hora, pero más me da frío cuando voy caminando a la escuela y pasan los transantiagos y me tiran aire helado en el puerco. Da demasiado frío.
¡Hoy día me dio frío hasta la tercera hora!
En la cuarta hora tocaba clase de número y empecé a tiritan y descués me dio calor en la frente, pero tenía frío, era estraño. Entonces tosí y justo le cayó un gargajo al Toro, y el Martínez se puso a reír, pero el Toro se puso furioso, quería pegarme con la greila de 40 centímetros que tiene, una greila de color rojo con verde que la usa puro para sacar pica, porque yo tengo una greila de 12 centímetros no más, es una greila chica y más encima que justo a los ocho centímetros se enchuecó y hace las línias torcidas.
Entonces el Toro gritó: "¡Tía ElMonito me tiró un pollo!" y la tía Ernestina preguntó: "¿Es verdad?" y yo le dije: "¡Es mentira, señorita, pero es verdá, porque se me salió solo de la boca y le achunté justito a la cara del Toro, pero no lo tiré con intención, porque con el viento de la tos se fue derechito a la cara del Toro!". Entonces la señorita Ernestina dijo: "Pero usted tiene cara de enfermo, ElMonito, parece que lo agarró el virus sindical. ¿Para qué vino a clases a contagiar a los demás?" Entonces yo le dije a la señorita Ernestina: "Es que ni tío dice que si no vengo, entonces voy a quedar pegado ekcétera". Entonces la señorita Ernestina dijo: "Ya, se va para la casa altiro". Y yo le dije: "No cuedo, señorita Ernestina, porque no tengo la llave del clóse, así que tengo que quedarme puro en la escuela hasta que se abra el clóse. El clóse se abre como a las tres de la tarde".
Mientras tanto el Toro se sacaba el gargajo con un papel de cuaderno de matemáticas, pero el papel se refaló y el gargajo no se le salió entero, se le salió un poquito no más, se veía asqueroso.
Así que la señorita dijo: "Abríguese con esta mantita y póngase al final de la sala para no contagiar. En el recreo le voy a dar una pelicilina", yo le dije gracias y la señorita Ernestina dijo que me iba a acompañar a la enfelmería para que me pusieran una indección de pelicilina, entonces se me quitó altiro la fiebre y le dije "¡Señorita, se me quitó la fiebre!". Y la señorita Ernestina dijo: "Ya veremos".
Mientras tanto el Toro descués que siguió la clase se dio vuelta y con un elástico me lanzó una bolita de papel a la cara. Me dolió pero me quedé callado para no perjudicarlo.
¡Al recreo estaba más nervioso!
La señorita Ernestina me llevó de la mano a la enfelmería y cuando entramos me salió una lágrima. Era una lágrima de susto. Me hizo que me pusiera de guata en una camilla y detrás de una sábana salió una señora guatona con un delantal blanco y se puso a romper un tubito con un serrucho chico. "¿Qué está haciendo?", le pregunté a la señora guatona. ¡Es la misma que a veces sirve el almuerzo!, pero ahora estaba difrazada de enfelmera. La señora guatona me dijo: "Tranquilo chiquillo, no es nada, te va a doler un poquito pero descués te vas a mejorar". Yo le dije: "No creo".
¡Pero entonces me levantó la ropa y se me vio el popó! La señora guatona me empezó a pasar un algodón friíto y descués el popó se quedó medio dormido. ¡Entonces me clavó una indección a la mala! y con el susto apreté el cachete del popó y la buja se dobló. La señora guatona se picó porque dijo: "¡Doblaste la buja, animal! ¡Suelta el poto!" Y yo no podía soltar el popó porque estaba clavado y me estaba entrando un líquido como fuego, así que seguía apretando el cachete del popó hasta que la señora guatona sacó la buja y me la mostró. ¡Estaba como una culebra guagüita!
Descués me fui al clóse y ahora estoy solito, pero no se me quitan tanto los tiritones, se me quitan un poquito no más, ojalá que en la noche no me den pesadillas y no sueñe con el El Expreimentador, porque la otra vez soñé que El Expreimentador me transformaba en Drácula y me salían dientes de vanviro. Chuta.

3 comments:

CDG said...

Harto bruta para poner la indección la señora. Ojalá te hayas mejorado del virus sindical.

Maqui & Violetas said...

Uhm! Harto enfermo estás pues niño.
Tienes que hacer cama.

A mí igual me pasó eso de la aguja una vez, apreté el poto tanto que se dobló y la enfermera me puso la inyección de un golpe seco de nuevo, me dolió como una semana y media :'(

Saludos y cuídate.

CRKR said...

Los adultos no se acuerdan de cuando eran niños , digo yo . Todos tienen mala memoria

El Monstruo del 18 de Octubre

-Tío... -Qué. -Dicen en el matinal de Megavisión que mañana va llegar el Moutro del 18 de Ostubre . -Te dije que no vieras los matinales. -...