Obligado a contar estrellas

A lo mejor si me portaba mejor ni tío me tenía que llevar al Cajón de Maipú, en vez que como me porté no tan bien, o sea más o menos mal porque hice puras tres planas de palotes en vez que no hice cuatro y la tía del colegio me mandó una comunicación para la casa, entonces ni tío me castigó y me dejó el fin de semana solo en el clóse.
Ahora estoy medio aburrido pero no tanto, porque menos mal que en el clóse había un libro de cuentos con fotos, se llama Libro Playboi y adentro salen unas mujeres que dan elestricidá, mejor no lo veo porque ni tío si sabe que lo vi, más me va castigar y entonces NUNCA me va llevar al Cajón de Maipú.
Voy a salir un ratito del clóse ahora que ya está más de noche y está menos de día. Me voy a poner a mirar las estrellas porque ahora hay menos esmoc y no hay nubes, en vez que hay sol, pero como está de noche no hay sol, hay luna y hay estrellas. Voy a descubrir un satélite que ande por el cielo... allá va uno, ¡va volando derechito!, va pasando por el medio de cuatro estrellas que se ven apenitas, ahora se me perdió... no, ahora lo veo de nuevo, es un satélite espacial.
¿Para qué servirán los satélites? Yo creo que sirven para volar por el espacio y tan bien sirven para tener antenas y yo creo que sirven para tirar bombas a la tierra, una vez vi que el Presidente de Estados Unidos Bush le tiró una bomba a Irak por satélite y saltaron como cuatro tanques por el aire y salió polvo, quedaron todos sucios, tuvieron que pasarse un cepillo.
Una vez Jazán iba volando en su nave y chocó con un satélite y el satélite se hizo mil pedazos porque la nave de Jazán era más poderosa porque tenía una puntita de fierro inoxidable que hizo tira al satélite. Era un satélite asesino.
La otra vez Jazán iba volando en su nave del espacio y le salió Goxila y Goxila tomó la nave de Jazán con una mano y le hizo así. Y entonces Jazán apretó una tecla y saltó en paracaídas y del paracaídas le apuntó a Goxila con la pistola para matar moutros y lo mató a Goxila, pero descués Goxila resucitó, pero Jazán ya se había subido de nuevo a la nave espacial y apretó el aceleradón y salió volando a la velociad de la luz. Se esfumó.