Se abre la puerta. Tío y sobrino exclaman:
-¡Ohhhhhh!
-¿Qué pasa? -pregunta la mujer. ElMonito se dirige al tío Lamordes.
-¿Está difrazada de Gloria Trevi O ES GLORIA TREVI, querido tío señor Lamordes?
-Pregúntale. Yo creo que es.
-Tía, ¿usté es Gloria Trevi o usté no es ná Gloria Trevi porque es una persona de otro nombre, por eflenco Gloria Triviño?
-¡Adivinaron, chiquillos! ¡Pasen!
(Los dos se miran).
-¿Pasamos, tío?
-Mmm... bueno. Mejor adentro que bajo la lluvia.
-Tomen asiento, que ya va a empezar mi show del festival.
-¿De qué festival?
-Del Festival de Viña, tonto. ¿De qué otro festival va a ser?
-Viva Dichato, el festival de Antofagasta, el festival de la Sandía.
-¡Cállate viejo leso! ¡Cómo te atreves!
-Tío, lo está retando Gloria Trevi. Defiéndase, pero no tan fuerte, defiéndase despacito.
-Ehhh..., no me trate así, por favor.
-¿Te atreves a dudar de la calidad del Festival de Viña?
-No era mi intención...
-Gloria. Dime Gloria.
-No era mi intención, Gloria... Trevi.
-Ya chiquillos. Siéntense, que ahora viene mi show. Esperen un ratito, que me voy a vestir completa... Ju ju ju...
(Se va).
-Tío, parece que está un poquito loca.
-Shhh, que te puede escuchar.
-Ojala no salga con un cuchillo, no mejor no, ojalá que no salga con una caradina y los dispare a la guata porque una vez vi en una película de Rambo que cuando le dispararon con una caradina a un señor de la selva en la guata le dolió y se le salieron los ojos para afuera y dijo ag.
(Vuelve. Suena una música grabada).
-¡A mí me gusta andar de pelo suelto....! ¡Canten conmigo!
-A mí me gusta...
-Andar de pelo soltado...
-¡Tontos! ¡No se la saben! ¡Los voy a matar!
-Pero antes véndale un cartucho de bencina a ni tío porque se le paró el auto porque no compró bencina cuando los veníamos arrancando del Dostor Cao de Nanllín, tía Gloria...
-¡Haga callar a ese títere, tonto viejo!
-Cállate, gaznápiro.
-Bueno, tío.
-¿Quiere bencina?
-Sí.
-Cante.
-Me gusta andar de pelo suelto...
-No me gusta. Cante mejor.
-Me gusta andar de pelo suelto...
-¡Canta mal! ¡Canta mal! ¡No le doy bencina!
-Yo canto mejor tía Gloria... me gustandar de pelo soltado... pero soy pelado...
-Mmm... llévense este bidón. Es de 93, la vendo a mil pesos el litro.
-¡Es muy cara!
-Entonces no le vendo nada y... ¡váyanse, que me echan a perder el show! ¿No ven que ya voy a salir en la tele?
-Se cree Gloria Trevi de verdá, tío.
-Bueno, bueno. ¿Cuántos litros son?
-Como diez.
-Tome 10 mil pesos.
-Muy poco. Deme 15.
-Me está estafando.
-Entonces ¡váyase viejo tonto!
-Tome los 15. Vámonos, renacuajo. Ahora sí que quedamos patos.
-No le diga renacuajo y no le diga pato. Dígale Glorio.
(Se van. la mujer los despide con un portazo).
-¡Lluévanse, tontos!
Y así dejamos a nuestros personajes, caminando bajo la lluvia con diez litros de bencina, esperemos que sea bencina de verdad, rumbo al auto estacionado en la berma.
Me yyamo ElmOnito y tengo 7 años y ¡sienpre boi en primero, nunca paso! Ni tio el señor Lamordes sienpre me reta por qe puro cree qe qero comer chocolate trencito en vez qe llo lo qe puro qero es no aburrirme y jugar. Ogalá jugar a la pelota o tan bien jugar plaistechon o tan bien pegar láminas de álbun. Ni tio es periodista y me ase dormir en el close de su ofisina. Ni tio dise que me qere bastante. LLo tan bien lo qero a él pero es muy retón. Grasia.
Thursday, February 28, 2013
Friday, February 22, 2013
Las vacaciones de ElMonito (7): La casa misteriosa
La lluvia comienza a caer suavemente; a los cinco minutos ya es un vendaval.
-Protejámonos bajo ese árbol, mequetrefe.
-Se me están mojando las zapatillas, querido tío señor Lamordes. Menos mal que no son de marca porque son de las baratas porque usté nunca quere comprarme zapatillas de marca, ¡no es justo!
-Cállate y sígueme.
-Bueno.
-Ven por aquí.
-Pero nuay camino por ahí, tío, porque hay puro pasto mojado.
-No importa, por lo menos hay un árbol.
-Pero en ese árbol no venden bencina, tío. A lo mejor en el árbol de más lejos venden bencina.
-¡Y qué importa le bencina ahora! ¡Ya estamos fritos!
-No estamos tan fritos porque el señor Matamala está más frito porque lo cacturó el Dostor Cao de Nanllín para que sepa, y a lo mejor le va sacar el corazón, mientras tanto que losotros los salvamos por mientras.
(Tío y sobrino soportan la tormenta, mojados como diucas).
-¡La suerte mía! ¡Quién me manda sacar de vacaciones al gaznápiro!
-No se creopupe tanto tío, porque mañana el señor Iván Gálvez dijo que iba salir el sol porque lo escuché en las noticias el otro día, no este día, porque era EL OTRO DÍA, no de ahora...
-¡Y además tengo que escucharlo!
-Mejor, tío, porque osinó se cuede quedar dormido y se cae encima del pasto mojado y si se cae al pasto mojado le cuede dar una brocobenbonia y descués le tienen que poner una indección y si fracasa la indección lo van a enterrar en un cajón o a lo mejor usté quere mejor que lo cineren.
-¿Qué dices?
-El otro día salió que a unos caláveres los queman en un horno de barro y descués parece que se ponen a vender empanadas, pero yo creo que a lo mejor no san tan sabrosas, porque son asquerosas, porque un día salió una empanada con una uña del dedo gordo adentro de la empanada, y salió que la uña estaba sucia...
-¡Cállate, por favor!
-Shhh, tío, mire que allá se prendió una luz. A lo mejor hay una casa donde vive una bruja.
-Tienes razón... vamos a ver.
-¿Y si los sale una bruja?
-No seas infantil. En el sur no hay brujas.
-¿Estamos en el sur?
-Sí.
-Ah, menos mal.
(Caminan a la casa. El tío Lamordes golpea bajito).
-Toque más fuerte tío, porque la bruja no los va escuchar.
-¡Toc toc toc!
(Voz de mujer).
-Quién es.
-¡Chuta, una bruja!
-Cállate, déjame a mí... Somos nosotros.
-¿Quiénes son nosotros?
-El tío Lamordes y su simpático títere ElMonito, estimada señora.
-¿Qué?
-Ábralos la cuerta señora bruja porque los estamos mojando todo el puerco.
-Mmm... esperen.
¿Qué nueva sorpresa les tiene deparado el destino a nuestros personajes?
-Protejámonos bajo ese árbol, mequetrefe.
-Se me están mojando las zapatillas, querido tío señor Lamordes. Menos mal que no son de marca porque son de las baratas porque usté nunca quere comprarme zapatillas de marca, ¡no es justo!
-Cállate y sígueme.
-Bueno.
-Ven por aquí.
-Pero nuay camino por ahí, tío, porque hay puro pasto mojado.
-No importa, por lo menos hay un árbol.
-Pero en ese árbol no venden bencina, tío. A lo mejor en el árbol de más lejos venden bencina.
-¡Y qué importa le bencina ahora! ¡Ya estamos fritos!
-No estamos tan fritos porque el señor Matamala está más frito porque lo cacturó el Dostor Cao de Nanllín para que sepa, y a lo mejor le va sacar el corazón, mientras tanto que losotros los salvamos por mientras.
(Tío y sobrino soportan la tormenta, mojados como diucas).
-¡La suerte mía! ¡Quién me manda sacar de vacaciones al gaznápiro!
-No se creopupe tanto tío, porque mañana el señor Iván Gálvez dijo que iba salir el sol porque lo escuché en las noticias el otro día, no este día, porque era EL OTRO DÍA, no de ahora...
-¡Y además tengo que escucharlo!
-Mejor, tío, porque osinó se cuede quedar dormido y se cae encima del pasto mojado y si se cae al pasto mojado le cuede dar una brocobenbonia y descués le tienen que poner una indección y si fracasa la indección lo van a enterrar en un cajón o a lo mejor usté quere mejor que lo cineren.
-¿Qué dices?
-El otro día salió que a unos caláveres los queman en un horno de barro y descués parece que se ponen a vender empanadas, pero yo creo que a lo mejor no san tan sabrosas, porque son asquerosas, porque un día salió una empanada con una uña del dedo gordo adentro de la empanada, y salió que la uña estaba sucia...
-¡Cállate, por favor!
-Shhh, tío, mire que allá se prendió una luz. A lo mejor hay una casa donde vive una bruja.
-Tienes razón... vamos a ver.
-¿Y si los sale una bruja?
-No seas infantil. En el sur no hay brujas.
-¿Estamos en el sur?
-Sí.
-Ah, menos mal.
(Caminan a la casa. El tío Lamordes golpea bajito).
-Toque más fuerte tío, porque la bruja no los va escuchar.
-¡Toc toc toc!
(Voz de mujer).
-Quién es.
-¡Chuta, una bruja!
-Cállate, déjame a mí... Somos nosotros.
-¿Quiénes son nosotros?
-El tío Lamordes y su simpático títere ElMonito, estimada señora.
-¿Qué?
-Ábralos la cuerta señora bruja porque los estamos mojando todo el puerco.
-Mmm... esperen.
¿Qué nueva sorpresa les tiene deparado el destino a nuestros personajes?
Tuesday, February 19, 2013
Las vacaciones de ElMonito (6): ¿Precavido el tío?
El Profesor Taurus se dirige al tío y su sobrino:
-Vocé y vocé escapag de las gagas del Doctog Cau de Nanlliu.
-Y luego a Matamala Matamala, el cuidador del circo:
-Vocé se queda aquí profundamenti dogmidu.
El Doctor Cao continúa hipnotizado:
-Quelel estudial matelias polque mañana habel plueba y Doctol Cao quelel sacalse un siete pala lecibil medalla de mejol alumno...
-Muy bien Doctog Cau, seg niño muy bueno, ahoga vocé seg un gran bailarín de vals. ¡Un dos tres bailarín!
-¡Plonto! ¡Tocal Danubio Azul, que Doctol Cao quelel exhibil especialidad de bailalín aplendida en legendalio Club Vienés!
El Profesor Taurus le ordena a Matamala:
-Ahoga vocé convierti bailarina de vals. ¡Un dos tres bailarina!
-Qué lico. Llegal paleja pala bailal. ¡Música maestlo!
-Música ya se oye profunbdamenti dulce... (al tío y a ElMonito) ¡Váyanse pgontu que ya pasa el efecto! Profesor Taurus no posee todu poder do mundo.
-¡Vamos, mequetrefe!
-Quero seguir viendo el show del Profesor Taúru, querido tío señor Lamordes, porque está más divertido que Mundos Opuestos y que el Festival de Viña Alemana que ya va empezar.
-De Viña del Mar...
-Que ya va empezar, pero descués que lo empiezo a ver el Festival de Villa Alemana siempre me quedo dormido, así que mejor que el otro año empiece antes ¿nocierto tío?
-Sí, sí... ¡vamos!
-¿Pero vamos pararriba o vamos parabajo del camino?
-Eh... no sé. ¿Hacia dónde nos recomienda escapar, Profesor Taurus?
-¡Eso ser cosa de vocé, gran tontu qué si cree!
El tío baja corriendo con su sobrino hacia el camping a la orilla del lago Conguillío. ElMonito echa una última mirada hacia atrás antes de tomar una curva, y ve al Doctor Cao bailando con Matamala, mientras el Profesor Taurus extiende sus brazos, tratando de mantenerlos hipnotizados. Luego, más abajo, ambos alcanzan a escuchar un grito siniestro:
-¡Doctol Cao hacel lidículo espantoso pol culpa de su socio el Plofesol! ¡Doctol Cao cael como cablo chico!
Y se oye la respuesta del gran hipnotizador, con su voz grave y su tono socarrón:
-Je je je... No se poinga tan grave Doctog Cau... guíase alguna vez y vivigá muito mejog, je je je...
-¡Quitalme posibilidad de colazón goldito! ¡A Doctol Cao de Nanjing hacel agua la boca con colazón infantil y Plofesol no dejal! ¡Dónde estal títele!
-Ya te andan buscando. Apúrate.
-Mejor me lleva alapa tío, porque yo corro muy despacito mientras tanto que usté tiene las patas más grandes y cuede correr más fuerte porque tiene las patas más grandes.
-Pero yo me canso. Voy bajando apenas, ya se me sale el corazón.
-Mejor que no se lo saque tío porque el Doctor Cao de Nanllín lo cuede olorosar y los va pillar por el olor de la sangre del corazón sacado.
Apenas llegan al sitio desarman la carpa, la echan al auto y huyen. Es el cruel destino de nuestros personajes, que jamás pueden disfrutar de merecidas vacaciones.
-¿Dónde vamos ahora, querido tío señor Lamordes?
-Vamos más al sur, donde no esté el maléfico chino.
(En la carretera, por la noche).
-¡Quedé sin bencina, renacuajo!
-¿Ah?... Hum... estoy soñando un sueño... ¡No, Doctor Cao, porque tengo cuatro años nomás, no tengo siete años porque me puse más chico!
-Despierta, gaznápiro. Hay que bajarse para ir a comprar bencina al pueblo más cercano.
-¿Ah?... ¡Me salvé menos mal! Justo cuando disperté me iba comer el Doctor Cao de Nanllín, tío.
-Vamos. A caminar.
-Pero está oscuro. ¿Por qué los bajamos del auto?
-Se me acabó la bencina. Hay que ir a comprar al pueblo más cercano.
-¿Y el auto?
-Lo dejaremos en la berma con señalizador. Ojalá lo encontremos de vuelta.
La carretera nos regala la silueta del tío y su sobrino caminando a oscuras rumbo a la bencinera más próxima. Del cielo se anuncia tormenta. ¿Qué les espera a los dos?
-Vocé y vocé escapag de las gagas del Doctog Cau de Nanlliu.
-Y luego a Matamala Matamala, el cuidador del circo:
-Vocé se queda aquí profundamenti dogmidu.
El Doctor Cao continúa hipnotizado:
-Quelel estudial matelias polque mañana habel plueba y Doctol Cao quelel sacalse un siete pala lecibil medalla de mejol alumno...
-Muy bien Doctog Cau, seg niño muy bueno, ahoga vocé seg un gran bailarín de vals. ¡Un dos tres bailarín!
-¡Plonto! ¡Tocal Danubio Azul, que Doctol Cao quelel exhibil especialidad de bailalín aplendida en legendalio Club Vienés!
El Profesor Taurus le ordena a Matamala:
-Ahoga vocé convierti bailarina de vals. ¡Un dos tres bailarina!
-Qué lico. Llegal paleja pala bailal. ¡Música maestlo!
-Música ya se oye profunbdamenti dulce... (al tío y a ElMonito) ¡Váyanse pgontu que ya pasa el efecto! Profesor Taurus no posee todu poder do mundo.
-¡Vamos, mequetrefe!
-Quero seguir viendo el show del Profesor Taúru, querido tío señor Lamordes, porque está más divertido que Mundos Opuestos y que el Festival de Viña Alemana que ya va empezar.
-De Viña del Mar...
-Que ya va empezar, pero descués que lo empiezo a ver el Festival de Villa Alemana siempre me quedo dormido, así que mejor que el otro año empiece antes ¿nocierto tío?
-Sí, sí... ¡vamos!
-¿Pero vamos pararriba o vamos parabajo del camino?
-Eh... no sé. ¿Hacia dónde nos recomienda escapar, Profesor Taurus?
-¡Eso ser cosa de vocé, gran tontu qué si cree!
El tío baja corriendo con su sobrino hacia el camping a la orilla del lago Conguillío. ElMonito echa una última mirada hacia atrás antes de tomar una curva, y ve al Doctor Cao bailando con Matamala, mientras el Profesor Taurus extiende sus brazos, tratando de mantenerlos hipnotizados. Luego, más abajo, ambos alcanzan a escuchar un grito siniestro:
-¡Doctol Cao hacel lidículo espantoso pol culpa de su socio el Plofesol! ¡Doctol Cao cael como cablo chico!
Y se oye la respuesta del gran hipnotizador, con su voz grave y su tono socarrón:
-Je je je... No se poinga tan grave Doctog Cau... guíase alguna vez y vivigá muito mejog, je je je...
-¡Quitalme posibilidad de colazón goldito! ¡A Doctol Cao de Nanjing hacel agua la boca con colazón infantil y Plofesol no dejal! ¡Dónde estal títele!
-Ya te andan buscando. Apúrate.
-Mejor me lleva alapa tío, porque yo corro muy despacito mientras tanto que usté tiene las patas más grandes y cuede correr más fuerte porque tiene las patas más grandes.
-Pero yo me canso. Voy bajando apenas, ya se me sale el corazón.
-Mejor que no se lo saque tío porque el Doctor Cao de Nanllín lo cuede olorosar y los va pillar por el olor de la sangre del corazón sacado.
Apenas llegan al sitio desarman la carpa, la echan al auto y huyen. Es el cruel destino de nuestros personajes, que jamás pueden disfrutar de merecidas vacaciones.
-¿Dónde vamos ahora, querido tío señor Lamordes?
-Vamos más al sur, donde no esté el maléfico chino.
(En la carretera, por la noche).
-¡Quedé sin bencina, renacuajo!
-¿Ah?... Hum... estoy soñando un sueño... ¡No, Doctor Cao, porque tengo cuatro años nomás, no tengo siete años porque me puse más chico!
-Despierta, gaznápiro. Hay que bajarse para ir a comprar bencina al pueblo más cercano.
-¿Ah?... ¡Me salvé menos mal! Justo cuando disperté me iba comer el Doctor Cao de Nanllín, tío.
-Vamos. A caminar.
-Pero está oscuro. ¿Por qué los bajamos del auto?
-Se me acabó la bencina. Hay que ir a comprar al pueblo más cercano.
-¿Y el auto?
-Lo dejaremos en la berma con señalizador. Ojalá lo encontremos de vuelta.
La carretera nos regala la silueta del tío y su sobrino caminando a oscuras rumbo a la bencinera más próxima. Del cielo se anuncia tormenta. ¿Qué les espera a los dos?
Tuesday, February 12, 2013
Las vacaciones de ElMonito (5): El Doctor Cao se vuelve bueno
Agua, lodo y piedras caen a raudales sobre nuestros personajes, que gritan de espanto:
-¡Auxilio, me ahogo!
-¡Cuidado ElMonito!
-¡Voy a tratar de subirme a un árbol, tío, pero como no veo ninguno mejor voy a cerrar la boca para que no me entre abua!
-¡Ahhhhhh!...
-Palece que a mí también llegal alud.
Sólo uno sonríe con el placer que proporciona el ardid fraguado por su mente fantástica:
-Je je je...
Es nuestro mequetrefe quien primero se da cuenta de la trampa mental del Profesor Taurus.
-Tío, son barros de mentira porque el camino está limpiecito porque hay pura tierra sucia con pieiras, pero no con agua, o sea que son pieiras secas porque el camino es seco porque no está lluviendo, está claro.
-Tienes razón...
-¡Un dos tres duegmasé!
Mario Matamala vuelve a caer bajo los efectos de la hipnosis.
-Ohhh...
-Tío, no se duerma usté porque tuavía no salen las estrellas, falta tuavía.
-El brasileño no me volverá a engañar... ojalá.
Pero el Doctor Cao tiene cuentas que saldar.
-¡Quelel sabel pol qué Plofesol Taulus engañal a su mejol socio en negocio del mal! ¡Explical flente a flente!
El Profesor Taurus le responde:
-Muy poco botín, Doctog Cau. Vocé gana coraçao de ElMonitu, ¿y yo qué gano? Profesor Taurus quiere divertirse.
-Plofesol Taulus diveltil tlatando de escapal de cueva a la que Doctol Cao lleval pleso de inmediato.
-Primeru debe cazag mi cuegpo Doctog Cau.
Estamos ante una lucha de titanes. El Doctor Cao y el Profesor Taurus frente a frente, uno tratando de vencer al otro para disfrutar del magro botín, consistente en un tío, su sobrino y el cuidador del circo. El chino maléfico saca sus garras y lanza sus dardos venenosos, que el brasileño esquiva con asombrosa facilidad gracias al truco de fabricar un doble al que van dirigidos todos los dardos. Si no fuera por ElMonito, el chino habría desperdiciado sus dardos toda la tarde.
-¡Mire, tío! ¡El Doctor Cao de Nanllín está peliando contra nadien, porque el Profesor Taúru está para el otro lado, no para el lado donde no hay nadien!
-Cállate, renacuajo, que lo pones sobre aviso.
La advertencia llega tarde. El Doctor Cao lo ha escuchado todo:
-Doctol Cao sel engañado como miselable imbécil con tluco del doble de cuelpo. Cael como cablo chico.
-Je je je...
-¿Dónde estal el veldadelo hipnotizadol? ¡Mostlal la faz de tu lostlo, cobalde infeliz!
-Aquí está Magníficu Profesor. ¡Un dos tres duegmasé!
-Aaay. Dalme sueño telible, quelel soñal con angelito.
-Págpado pesa, págpado pesa infinitamente, ahoga duegme, duegme plácidamenti, está completamente dogmidu, Doctog Cao. Ahoga vocé seg pegsona buena y obediente.
-Momento, señol Plesidente, que Doctol Cao estal contando coldelito...
-Seg un niño bueno, Doctog Cao. Seg ahoga un niño muy bueeeeno...
-Voy a coltal leña pala plendel holno pala plepalal plato lico a mi mamá.
-¡Tío, el Doctor Cao de Nanllín se volvió bueno!
-No confíes...
(¿Cuánto durará el poder del Profesor Taurus?)
-¡Auxilio, me ahogo!
-¡Cuidado ElMonito!
-¡Voy a tratar de subirme a un árbol, tío, pero como no veo ninguno mejor voy a cerrar la boca para que no me entre abua!
-¡Ahhhhhh!...
-Palece que a mí también llegal alud.
Sólo uno sonríe con el placer que proporciona el ardid fraguado por su mente fantástica:
-Je je je...
Es nuestro mequetrefe quien primero se da cuenta de la trampa mental del Profesor Taurus.
-Tío, son barros de mentira porque el camino está limpiecito porque hay pura tierra sucia con pieiras, pero no con agua, o sea que son pieiras secas porque el camino es seco porque no está lluviendo, está claro.
-Tienes razón...
-¡Un dos tres duegmasé!
Mario Matamala vuelve a caer bajo los efectos de la hipnosis.
-Ohhh...
-Tío, no se duerma usté porque tuavía no salen las estrellas, falta tuavía.
-El brasileño no me volverá a engañar... ojalá.
Pero el Doctor Cao tiene cuentas que saldar.
-¡Quelel sabel pol qué Plofesol Taulus engañal a su mejol socio en negocio del mal! ¡Explical flente a flente!
El Profesor Taurus le responde:
-Muy poco botín, Doctog Cau. Vocé gana coraçao de ElMonitu, ¿y yo qué gano? Profesor Taurus quiere divertirse.
-Plofesol Taulus diveltil tlatando de escapal de cueva a la que Doctol Cao lleval pleso de inmediato.
-Primeru debe cazag mi cuegpo Doctog Cau.
Estamos ante una lucha de titanes. El Doctor Cao y el Profesor Taurus frente a frente, uno tratando de vencer al otro para disfrutar del magro botín, consistente en un tío, su sobrino y el cuidador del circo. El chino maléfico saca sus garras y lanza sus dardos venenosos, que el brasileño esquiva con asombrosa facilidad gracias al truco de fabricar un doble al que van dirigidos todos los dardos. Si no fuera por ElMonito, el chino habría desperdiciado sus dardos toda la tarde.
-¡Mire, tío! ¡El Doctor Cao de Nanllín está peliando contra nadien, porque el Profesor Taúru está para el otro lado, no para el lado donde no hay nadien!
-Cállate, renacuajo, que lo pones sobre aviso.
La advertencia llega tarde. El Doctor Cao lo ha escuchado todo:
-Doctol Cao sel engañado como miselable imbécil con tluco del doble de cuelpo. Cael como cablo chico.
-Je je je...
-¿Dónde estal el veldadelo hipnotizadol? ¡Mostlal la faz de tu lostlo, cobalde infeliz!
-Aquí está Magníficu Profesor. ¡Un dos tres duegmasé!
-Aaay. Dalme sueño telible, quelel soñal con angelito.
-Págpado pesa, págpado pesa infinitamente, ahoga duegme, duegme plácidamenti, está completamente dogmidu, Doctog Cao. Ahoga vocé seg pegsona buena y obediente.
-Momento, señol Plesidente, que Doctol Cao estal contando coldelito...
-Seg un niño bueno, Doctog Cao. Seg ahoga un niño muy bueeeeno...
-Voy a coltal leña pala plendel holno pala plepalal plato lico a mi mamá.
-¡Tío, el Doctor Cao de Nanllín se volvió bueno!
-No confíes...
(¿Cuánto durará el poder del Profesor Taurus?)
Friday, February 08, 2013
Las vacaciones de ElMonito (4): El fatal encuentro
Habla Kinco, el ex mono gorila del circo, que ahora sabemos que era su cuidador, Mario Matamala Matamala:
-¡Escondámonos detrás del árbol!
-Usté súbase señor Kinco porque los monogorilas se cueden subir a los árboles perfectamente.
-No, renacuajo. Esos son los monos de menos tamaño.
-Entonces escóndase con losotros.
(Se esconden los tres, vienen los caballos).
-¡Hiiii! (relincho)
-¡Hiiiiii! (relincho de otro animal).
-¡Tío, los caballos están gritando cerquita!
-Shhh, cállate mequetrefe.
-No insulte al títere.
-No se meta usted.
-Lo trata igual como me tratan a mí en el circo.
(Voces).
-¡Escuchal, plofesol Táulu! Me palece pelicibil luido humano.
-Es wuido de voz de vocé, Doctor Cao.
-Aplical podel hipnótico pala dominal lealidad de nuestlo entolno.
-Momentu amigu... ¡Dioses de la fuerza mais grande do mundo venig a mí!
-Tío, está llamando a los mostruos.
-Yo me voy.
-No salga, lo van a pillar.
(Kinco baja corriendo por el camino)
-No quiero ver esos bichos. Prefiero la muerte. ¡Auxilio!
-¡Ahí salil glan tlaidol Matamala! ¡Le sacalé la lengua y se la colgalé como colbata!
-Dioses de la fuegza, id pog él.
-¡Nooooo! Ya siento que vienen por mí.
-¡Tío, una culebra gigante se va tragar a Kinco!
-Es tu imaginación. Cierra los ojos, ElMonito.
-No cuedo, querido tío señor Lamordes, porque cuando cierro los ojos veo a la culebra por dentro, pero no por dentro del puerco de la culebra, porque veo la culebra adentro de los ojos míos, no los ojos de la culebra asesina...
-Shhh, que te van a oír.
-¡Pero se va a comer al señor Kinco ¡Hay que salvarlo!
-Sálvalo tú, yo me quedo aquí.
(ElMonito sale al camino).
-Profesor Taúru, dígale a la culebra asesina que no se coma al señor Kinco porque el señor Kinco no es tan malo, es un poquito mentiroso no más y tan bien es un poco curadito porque le gusta tomar whisky.
-Vaya, vaya, ElMonitu, ya me acuegdu de este títere. ¡Un dos tres duegmasé!
-Tuavía no, profesor Taúru. Usté que no es tan malo, porque es malo de mentira, dígale a la culebra de imaginación que no se trague al señor monogorila de mentira.
-Colazón flesquito de títele habladol, tenel sed... hacelse agua la boca de Doctol Cao de Nanllín.
-¡Ay, me come la culebra! ¡Sálvenme!
(Se oye un ruido terrible en el cerro).
-¡Qué sel eso que escuchal mi oído oliental!
-Mi podeg hipnótico es o mais grande do mundo.
-¡Es un alud! ¡Cuidado ElMonito, que va derecho hacia ustedes!
(¿Sobrevivirán nuestros personajes al fenómeno que se deja caer de la montaña?)
-¡Escondámonos detrás del árbol!
-Usté súbase señor Kinco porque los monogorilas se cueden subir a los árboles perfectamente.
-No, renacuajo. Esos son los monos de menos tamaño.
-Entonces escóndase con losotros.
(Se esconden los tres, vienen los caballos).
-¡Hiiii! (relincho)
-¡Hiiiiii! (relincho de otro animal).
-¡Tío, los caballos están gritando cerquita!
-Shhh, cállate mequetrefe.
-No insulte al títere.
-No se meta usted.
-Lo trata igual como me tratan a mí en el circo.
(Voces).
-¡Escuchal, plofesol Táulu! Me palece pelicibil luido humano.
-Es wuido de voz de vocé, Doctor Cao.
-Aplical podel hipnótico pala dominal lealidad de nuestlo entolno.
-Momentu amigu... ¡Dioses de la fuerza mais grande do mundo venig a mí!
-Tío, está llamando a los mostruos.
-Yo me voy.
-No salga, lo van a pillar.
(Kinco baja corriendo por el camino)
-No quiero ver esos bichos. Prefiero la muerte. ¡Auxilio!
-¡Ahí salil glan tlaidol Matamala! ¡Le sacalé la lengua y se la colgalé como colbata!
-Dioses de la fuegza, id pog él.
-¡Nooooo! Ya siento que vienen por mí.
-¡Tío, una culebra gigante se va tragar a Kinco!
-Es tu imaginación. Cierra los ojos, ElMonito.
-No cuedo, querido tío señor Lamordes, porque cuando cierro los ojos veo a la culebra por dentro, pero no por dentro del puerco de la culebra, porque veo la culebra adentro de los ojos míos, no los ojos de la culebra asesina...
-Shhh, que te van a oír.
-¡Pero se va a comer al señor Kinco ¡Hay que salvarlo!
-Sálvalo tú, yo me quedo aquí.
(ElMonito sale al camino).
-Profesor Taúru, dígale a la culebra asesina que no se coma al señor Kinco porque el señor Kinco no es tan malo, es un poquito mentiroso no más y tan bien es un poco curadito porque le gusta tomar whisky.
-Vaya, vaya, ElMonitu, ya me acuegdu de este títere. ¡Un dos tres duegmasé!
-Tuavía no, profesor Taúru. Usté que no es tan malo, porque es malo de mentira, dígale a la culebra de imaginación que no se trague al señor monogorila de mentira.
-Colazón flesquito de títele habladol, tenel sed... hacelse agua la boca de Doctol Cao de Nanllín.
-¡Ay, me come la culebra! ¡Sálvenme!
(Se oye un ruido terrible en el cerro).
-¡Qué sel eso que escuchal mi oído oliental!
-Mi podeg hipnótico es o mais grande do mundo.
-¡Es un alud! ¡Cuidado ElMonito, que va derecho hacia ustedes!
(¿Sobrevivirán nuestros personajes al fenómeno que se deja caer de la montaña?)
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El Monstruo del 18 de Octubre
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