El sorteo del Mundial

-Tío, ¿Chile cuede ser campión mundial del Mundial de África?
-No lo sé.
-¿Pero cuede ser campión?
-Te digo que no lo sé. Nadie lo sabe.
-Pero dicen que los tocó fácil.
-Con los tres perdimos, últimamente.
-Entonces fregamos no más.
-No creas. Ahora les podemos ganar.
-Entonces quere decir que vamos a ser campiones del Mundial de África.
-No creo.
-Entonces vamos a perder.
-No, yo creo que les podemos ganar por lo menos a dos. Deberíamos, al menos.
-Entonces vamos a salir segundos.
-Nadie lo sabe.
-Ya.
(Al rato).
-Qué haces con el acuario, renacuajo.
-Estoy viendo la suerte, querido tío señor Lamordes.
-¿Qué dices?
-Que tomé emprestado el acuario de pelota que tiene usté para ver la suerte.
-¿A quién se lo pediste "emprestado"?
-A nadien, porque si se lo pedía a usté, entonces usté iba decir que no porque sí.
-¿Y el pescado del acuario?
-Lo tengo en un jarrito por mientras, pero lo tapé con un libro para que la gata de usté no se lo coma.
-¡Devuélvelo al acuario!
-Espere, que ya va salir la suerte.
-¡Devuélvelo ahora mismo!
-Bueno, pero arúyeme, porque se me cuede caer el pescado y descués la gata se lo come en el suelo porque los pescados no saben correr, porque no tienen patas para correr. Corren menos que las culebras, porque las culebras cueden correr sin patas porque las culebras hacen así con el puerco...
-Dame el jarro... ¡ya está! ¡Y no hagas más leseras.
-Bueno.
-¿Qué suerte querías ver?
-Es que quería saber si Chile iba ser campión del Mundial de África.
-¿Y qué decía la bola de cristal?
-¡No sé, po! ¿No ve que usté no me dejó terminar de ver la suerte?