El Expreimentador atormenta a ElMonito

ElMonito está finalmente de vacaciones. Tocan a la puerta del closet.
-¿Quén es?
-Yo.
-No tiene voz de ni tío.
-No soy tu tío.
-¿Quén es usté?
-El Expreimentador.
-No le cuedo abrir porque ni tío me tiene prohibido que le abra la cuerta a los expreimentadores, y tan poco le cuedo abrir la cuerta al Dostor Cao de Nanllín, pero tan poco le cuedo abrir la cuerta a la Calavera de Gual Disney, pero la Calavera de Gual Disney cuede entrar sola, porque es de sábana de fastasma.
-Vamos a mi montaña. Tengo juegos.
-¿De qué juegos tiene, señor Expreimentador?
-Tengo juegos del Dostor Cítico y tengo un juego del Duende Tatá.
-¡Esos son juegos malos, porque no son juegos buenos! Mejor no voy.
-También tengo juegos de Pokemón.
-¿Tiene toda la colesión de Pokemón?
-Sí.
-¿Pero tiene la colesión entera o le falta una figura?
-Me falta una figura.
-¿Cuál figura le falta?
-No me acuerdo, pero me falta una pura figura para completar la colesión.
-Bueno, le voy abrir, pero un ratito no más.
-Je je, ábreme.
(ElMonito le abre)
-¡Ja ja! ¡Te tengo! ¡Ahora iremos a mi guarida para hacer una expreimentación!
-¿De qué me quere tranformar?
-Te voy a transformar de gorila de la prehistoria.
-Chuta, menos mal que entonces voy a tener fuerza. ¿Pero me cuedo quedar con las zapatillas?
-No, porque los gorilas no usan zapatillas. Los gorilas usan pata pelada.
-¿Los gorilas no se entierran clavos?
-No, porque los gorilas tienen la pata fuerte.
-Bueno, pero yo quero tener la misma cara.
-¡Tú me obedecerás! Contaré hasta tres y me obedecerás. Uno... dos... tres... ¡duermasé! ¿Estás soñando?
-No, porque estoy hicnotizado, señor Expreimentador.
-Ahora estás en la jungla. Viene un binosaurio.
-Grrr... lo estoy matando... ya lo tengo matado.
-Ahora se acerca una culebra asesina y te asfisia el pescuezo.
-Aggg... me quedo sin respiración. ¡Sálveme, querido tío señor Lamordes!
-No llames a tu tío porque entonces cuedes despertar.
-¡Tío, me ahogoooo!
-Despierta, renacuajo.
-Ayyy... disperté. Menos mal, me salvé raspando... ¡Gracias, querido tío señor Lamordes!
-De nada... (Vaya, ¿qué le pasa a este gusano?) Te vengo a invitar al zoológico.
-¡Viva ni tío!