¿Quién mató al Presidente Fredi?

-Tío... ¿quén mató al Presidente Fredi?
-¿A quién?
-A ese Presidente que había antes en Chile, antes que el Presidente Lagos y antes que no se quén, a uno que tenía la nariz un poquito larga y que no era el mismo que tenía la nariz un poquito larga que se llamaba Presidente Fredi, en vez que era el otro Presidente Fredi...
-Ah, te refieres a Eduardo Frei Montalva.
-¿Ese es el Presidente Fredi?
-Sí. Gobernó nuestro país entre 1964 y 197o y fue el padre del otro Frei que dices tú, el Presidente que gobernó entre 1993 y 1999, o sea, antes que Lagos.
-¿Quén lo mató, tío?
-No se sabe si lo mataron o si su muerte fue producto de una especie de negligencia médica.
-¿Es verdá que le pusieron una indección de veneno al Presidente Fredi en la guata?
-No se sabe. Eso se está investigando.
-En la tele salió que parece que el Presidente Fredi cuando ya no era Presidente Fredi, en vez que era Fredi no más, pero no Fredy Crúguer, porque Fredy Crúguer tiene los dedos de fierro y el Presidente Fredi cuando era Fredi no más tenía la nariz un poquito larga, o sea de este porte, pero tenía los dedos de carne y cuando era Presidente tan bien tenía los dedos de carne, tío.
-No sé qué me quieres decir. Mejor te vas de nuevo al closet.
-¡No tuavía! Lo que quero decir es que en la tele salió que a lo mejor le pusieron una indección de veneno para que se enfermara en el hospital y descués se enfermó y se murió justo cuando iba ser famoso.
-Ya era famoso.
-Pero iba ser más famoso porque iba ser Presidente.
-Ya había sido Presidente.
-Entonces no sé.
-Ah. ¿Terminaste?
-No. Quero que me diga quén mató al Presidente Fredi.
-¿Para qué quieres saberlo?
-Para darle un castigo al señor que mató al Presidente Fredi.
-¿Qué castigo?
-Yo le voy a enterrar la espada en lacsila y la espada tiene que salir por arriba del brazo y descués uno mueve la espada y la espada corta el brazo y el brazo queda colgando. Descués el brazo se cae y queda un chonguito. Descués hay que sacar la espada y enterrarla en las tripas...
-¡Cállate, gaznápiro! ¡Qué cosas dices!
-¿No son así los castigos, querido tío?
-Cómo se te ocurre. Aquí rige el estado de derecho, aquí se aplica la ley.
-Ah. ¿La ley del revólver?
-No, ésa es una historia del Oeste.
-¿Qué es la ley?
-La ley es la ley.
-Ah. ¿Entonces quén mató al Presidente Fredi?
-No sé.
-Déme un trencito.
-No tengo.
-Entonces invíteme a tomar once al Tavelli porque quero comer un pan de triangulito con ave de gallina y pimiento, o tan bien cuede ser un pan con ave de gallina y palta verde, porque tengo hambre.
-Otro día será. Ahora tienes que hacer las tareas. ¡Mira, tres comunicaciones por no hacer las tareas!
-Es que iba hacerla y justo se me olvidó y no la cude hacer. Descués le pregunté al Toro si habían dado tarea y el Toro dijo que no y era mentira porque la tía había dado una tarea de palotes y descués le pregunté al Martínez si había tarea y me dijo que había una tarea de palotes, entonces yo pensé que esa tarea ya no la había hecho, pero era otra tarea, tío, no era la misma tarea, ¡es verdá, no es mentira!
-Al escritorio. Ahora mismo. Tienes 20 minutos para hacer las tareas. Y después conversamos.
-Bueno, ¿pero cuedo escuchar canciones japonesas en el MP-3 mientras hago las tareas?
-¡Concéntrate en las tareas, gusano de poca monta!
-Bueno, pero no se enoje, tío, ¿no ve que me asusto y entonces no cuedo hacer las tareas porque no me cuedo concentrar porque empiezo a pensar que me va dejar solo o empiezo a pensar que me va pegar y entonces se me olvidan los números y tan bien se me olvidan los palotes?