ElMonito quiere grandes emociones, igual que el Señor de la Querencia

-¡Toc-toc!
-¿Quén es? ¿Ni tío?
-Abre.
-No cuedo, señor, porque se abre por adelante la cuerta porque no se cuede abrir por adentro la cuerta porque por adentro no se cuede. Puro se cuede abrir por afuera la cuerta para que sepa.
-Debes tener alguna llave allí adentro. Deslízala por debajo de la puerta.
-No se cuede porque no cabe.
-Tienes la llave entonces.
-No tengo la llave, pero la llave es del mismo porte que la linternita, pero es un poco más chica la llave, en vez que la linternita no cabe por debajo de la cuerta porque es guatona y se queda pegada. Una vez le iba emprestar la linternita al señor guardián porque el señor guardián dijo que se le había caído el cigarro en el suelo y estaba oscuro pero no tenía linternita para ver el suelo, entonces yo le dije que le emprestaba la linternita, pero...
-Calla, niño. Voy a tener que descerrajar.
-¿Qué cosa es cerraján?
-Repliégate.
-¿Qué senifica eso?
-Significa que te eches hacia atrás, con cuidado.
-Sale olor a cigarro quemado.
-Calla. No hables.
-Hace calor en el clóse.
-No te pongas nervioso. Déjame actuar a mí.
-¿Quén es usté?
-Yo soy un bombero.
-Ah, ¿pero de iniforme rojo o de iniforme verde?
-De uniforme verde con pantalones blancos.
-A mí me gustan más los bomberos de iniforme rojo porque son más emocionantes.
-Da lo mismo. Échate hacia atrás.
-Bueno.
-¡Ahora!
(¡Plaf! Se abre la puerta).
-Ven aquí, niño.
-¡Se está incendiando un incendio!
-Ven conmigo. No habrá peligro.
-Pero hay mucho humo.
-Pasaremos corriendo rápido. Pon la cabeza dentro de mi chaqueta.
-Es que me cuedo afisiar porque tiene olor asila.
-No hables.
-¡Pero salven a ni tío!
-Tu tío está afuera, esperando. Él nos avisó.
-Espere un poco, porque llegaron las mangueras. No se vaya tuavía, que quero ver el incendio.
(Las mangueras cumplen su misión y el incendio se apaga).
-Eh, mequetrefe, ¿dónde estabas?
-En el clóse, querido tío. Se perdió el incendio.
-¿No te pasó nada?
-Me salvé justito. El señor bombero con iniforme verde me salvó.
-Dale las gracias.
(El bombero).
-No es necesario. Estamos para servir.
- Bien... ¡quién lo iba a decir! ¡De la que te salvaste!
-Menos mal.
-Pero te noto triste.
-Un poco no más, no tanto.
-¿Y por qué? ¡Deberías estar feliz!
-Es que parece que usté no se creopupa tanto de este pobre y triste ElMonito, ¿no ve que nunca me da trencitos?
-Tonto, ¿no te diste cuenta de que se trataba de un simulacro?
-No vi ningún sigulano porque vi puro incendio de cigarro quemado.
-Era humo de mentira, renacuajo.
-Pero yo tosí de verdá, no de mentira, querido tío señor Lamordes.
-Es una tos sin importancia.
-¿O sea que no me iba morir incendiado?
-No.
-Entonces es menos emocionante que si me incendio y me sale humo por las orejas y tan bien me sale fuego por la guata, como Alien 3.
-Sí.
-Yo quero sentir grandes emociones, querido tío, porque ayer salió que el Señor de la Gerencia los mató a todos y se sisuidó.
-¿Y eso te parece bien, gusano de poca monta?
-Sí, porque todos ven la película y el Señor de la Gerencia se puso más famoso y tenía hartas minas.
-¿Qué?
-Así dijeron en las noticias de la farándula, esas noticias donde sale Luli guatoncita.
-Hummm... (este títere está viendo televisión por las mañanas).
-Además se puso más famoso y no se murió de verdá, se murió de mentira el Señor de la Gerencia, porque está vivo, no está muerto de verdá, porque áctua, pero antes salió en las noticias que se puso a peliar, pero se puso a peliar de verdá, no se puso a peliar de mentira, porque le pegó a un señor y descués ¡hizo tira una mesa de fiesta!, parece.
-No tienes remedio. Toma dos trencitos.
-¡Gracia!