EL ENIGMÁTICO PROFESOR TAURUS
-¡Un dos tres despiertesé!
-¡Jajajá!
-De qué te ríes, mequetrefe.
-Es que usté estaba bailando la yenka y se veía divertido, querido tío señor Lamordes.
-¿Qué dices?
-Que usté estaba bailando la yenka, pero hacía como unas cosas de malabaricidás, o sea que no baila tan bien, baila más o menos no más.
-¡Dónde estamos!
-Shhh... que lo cuede hicnotizar de nuevo el Profesor Taúru.
-Quién es el Profesor Taúru?
-El ojo del diaulo, tío... shhh... mejor cállese, que cuede salir de nuevo de las cortinas.
(Voz, detrás de las cortinas).
-Distinguidu señor Lamogdi, puede sentarse. ¿Se siente bien?
-Debo admitir que me siento bien, al menos más relajado que anoche. ¿Dije anoche?
-Diju anoche, en efeito, pero la verdad eish qui estamu en medio de la noite. No piensa amanecer.
-Habla con acento portugués.
-Permítame presentarme ante vocé. Mi nombre artístico es Profesor Taurus y provengo de noble tierra del Brasil, donde tudu mundo baila samba, menos Profesor Taurus.
-Ah, el "Profesor Taúru"... Se llama Taurus, gaznápiro. ¿Has oído?
-Pero dice Taúru, ¿no ve?
-No le haga caso, profesor, pero dígame, ¿en qué lo podemos servir?
-Todo a su tiempo, meus amigos. ¿Desea que hipnotice a su encantador sobrino?
-No, tío, porque me da tuto y ya dormí y ahora quero estar despertado porque si no estoy despertado entonces me pierdo las vacaciones y si estoy despertado entonces no me pierdo las vacaciones, o sea que...
-¡Hipnotícelo, por favor!
-Ahora págpadu pesa, muito pesado, ojos de títere sentirse teguiblementi cansado, págpado cada vez mais pesado. A la cuenta de tres dogmirá profundamente dogmidu. ¡Un dos tres duermasé!
-¡Toing!
-Diablos, qué buen hipnotizador.
-¿Lo hagu bailar cha cha chá?
-Bueno.
-Cha cha chá, que rico el cha cha chá...
-Ja ja ja, no sabía que el renacuajo tuviera dotes de bailarín. Lo llevaré al primer reality que encuentre. Pero, ¿no puede salir de la cortina, Profesor Taurus?
-No, no puedo...
-A ver, entonces déjeme correrla a mí.
-¡No, imbécil!; perdón, no lo haga, queridu señor Lamogdi.
-Es para ayudarlo.
-¡No me ayude!
-¡P-pero... qué-qué ven mi-mis ojos!
-¡Miserable imbécil! ¡Cómo se te ocurre correr la cortina del Profesor Taurus! ¡Estoy encerrado, ¿me ves? encerrado para siempre! y si abres la cortina me sacarás de aquí y volveré a los cerros y entonces bajaré a los pueblos, pero bajaré a matar, a hacer mucho daño...
-¡No, por favor! ¡No salga, profesor!, vuelvo a correr la cortina de inmediato.
-Mmm... así... está mejor... ya me siento mejor, muito mejor, ya ser nuevamente Profesor Taurus... je je je... págpadu pesa, ojos terriblemente cansadu, dogmirá profundamenti dogmidu a la cuenta de tres... ¡un dos tres duermasé!
¿Qué ha visto el señor Lamordes antes de volver a quedarse dormido?
Si hemos de fiarnos en sus cinco sentidos, o al menos en sus ojos, lo que vio fue una araña gigantesca dentro de una jaula, una araña con un ojo luminoso en la cabeza y unos quelíceros hambrientos, repletos de veneno. ¡Ay, donde fueron a caer! Una casa perdida en la montaña, en medio de la noche.
-¡Cuidado, mequetrefe, afírmate!
-Estoy afirmado, querido tío señor Lamordes, pero la montaña rusa no tiene riel de tren porque va volando por el cielo, y tan poco tiene correa para afirmarse, ¡o sea que los vamos a dar vuelta!
-¡Oh, allá vamos!
Tío y sobrino vuelan por las nubes y caen a un río, al fondo del valle. El río va a dar a una catarata. ¡Otra caída, en menos de un minuto! ¡Y todo a oscuras!
-Tápese la nariz, tío, porque si se cae a la catarata y le entra agua a la nariz entonces da una cosa amarga en la carganta y dan ganas de no sé qué.
-¡Cállate gaznápiro y sálvate como puedas!
-¡Jajajá! ¡Jajajajá! ¡Jajajajajá! ¡Un dos tres despiertensé!
-Cuidado tío, que no sé.
-¡Afírmate ElMonito!, de... vaya... Estoy seco.
-¡Jajajajá! Profesor Taurus goza de poder absolutu sobre humanos, jajajá.
-¿El Profesor Taurus? ¡Horror, está detrás de la cortina!
-Quero ver al Profesor Taúru, tío.
-¡No lo hagas! ¡Aléjate!
-Pero si el Profesor Taúru es bueno, no es malo, porque a usté lo hizo bailar la yenka y bailó divertido.
-¡No te acerques a la cortina! ¡Nooo!
-¿No ve que el Profesor Taúru no es malo? Buenas noches, Profesor Taúru.
-Bona noite, querido títere. Bona noite, señor Lamogdi.
-Pero, ¿qué? ¡Si es un tierno viejito!
-¿Tiernu viejitu? ¡Jajajajá! Voce no conocer a Profesor Taurus.
-¡Mire, tío, se está convirtiendo en araña!
-¡Te dije que no abrieras la cortina!
-¡Vámolos arrancando mejor para fuera de la casa, porque si los quedamos los cuede mascar la araña!
-Tienes razón, huyamos.
-¡Está cerrada con llave la puerta, tío!
-Déjame romperla con esta hacha.
-Apúrese, tío, porque de nuevo viene el ojo del diaulo.
-¡¿Qué?!
-Allí viene el ojo del diaulo, y me cuede dar tuto otra vez...
Me yyamo ElmOnito y tengo 7 años y ¡sienpre boi en primero, nunca paso! Ni tio el señor Lamordes sienpre me reta por qe puro cree qe qero comer chocolate trencito en vez qe llo lo qe puro qero es no aburrirme y jugar. Ogalá jugar a la pelota o tan bien jugar plaistechon o tan bien pegar láminas de álbun. Ni tio es periodista y me ase dormir en el close de su ofisina. Ni tio dise que me qere bastante. LLo tan bien lo qero a él pero es muy retón. Grasia.
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2 comments:
Chuta, qué nervios. Alguien tan peligroso como el profesor Taurus no debería andar suelto.
Peligroso este profesor Taurus.... parece que tendran aventuras este verano...
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