(Bajada de Agua Santa)
-¡Chuta, querido tío señor Lamordes! ¡Qués grande Villa del Mar! ¡Mire, hay unos barquitos que parecen de juguete!, pero no son de juguete porque son de verdá, no son de mentira, y se ven chicos porque estamos lejos, no porque son barquitos de juguete, ¿no ve?
-Tonto de capirote: ¡estás mirando Valparaíso! ¡Viña está hacia el otro lado!
-Ah, me gusta más Valparaíso porque tiene barquitos y tiene más cerros, mientras tanto que me gusta más Villa del Mar porque tiene más rascacielos, o sea que Villa del Mar es más moderna porque tiene rascacielos en vez que... tío...
-Qué te pasa ahora. Estás pálido.
-Es que donde el ócnibus está dando tantas vueltas me están dando ganas de gomitar.
-Lo único que faltaba. Aguántate las ganas mientras busco una bolsita de papel.
-Apúrese tío, que el gómito parece que me está subiendo por adentro del puerco y me va llegar a la carganta... gl gl gl gl... guaaaaaa...
-Cabro de moledera, mira lo que has hecho. Me manchaste los pantalones.
-Ahhh... guaaaaaa...
-¡Otra vez, Dios mío!
-Ahhh... qué tranquilidad. Ya me mejoré, querido tío. Es que comí ciruelas con tallerines. ¿No ve?
-Sí veo... y huelo... Bajémonos en esta esquina para limpiarnos. Y cuidadito con decirle algo al auxiliar. ¡Hazte el leso!
-Pero hay que avisarle para que venga limpiar, ¿no ve que quedó el suelo sucio?
-Cállate y camina. ¡Señor, por favor, pare aquí!
-Cómo no.
-Muchas gracias.
-De nada.
-Tío...
-Qué.
-¿Por qué usté siempre es tan cariñoso con los señores que son nadien, o sea los señores que nunca ha visto mientras tanto que a mí, que me ve casi todos los días, no es tan cariñoso, en vez que es retón?
-Cállate y camina. Y cuidado al atravesar.
-Quero andar en Metrotrén sucterráneo.
-Es muy caro. Sigue caminando.
-Tengo hambre porque quedé con la guata vacía. Quero un helado de Centella. ¡Valen cien pesos no más!
-Te puede hacer mal.
(Al rato)
-¿Dónde vamos, tío?
-Tú, tranquilo no más.
-¿Me va llevar a ese hotel blanco?
-Mmm... tú me vas a esperar aquí, ¿entiendes?
-¡Por qué!
-Porque a ti no te dejan entrar.
-¡Por qué!
-Porque esto es un casino y los niños no pueden entrar.
-Pero yo quero bajar la palanca de las máquinas para ver si me gano un tragamoneda.
-No puedes. Tendrás que esperarme.
-¿Como cuánto rato?
-Mmm... un ratito no más.
-Bueno. Pero apúrese porque entonces a lo mejor se va oscurecer.
Qué me dicen, queridos lectores: una vez más Lamordes deja a su sobrino a su suerte. ¿Qué saca con llorarlo, con echarlo de menos, con decir que "nunca más esto y nunca más esto otro" cuando a la primera de cambio lo abandona? ¿Sabrá de moral, de ética, de amor al prójimo nuestro famoso "mejor periodista de las galasias"? ¡Qué va a saber! Me disculpará el autor de este blog, pero en esta ocasión no puedo dejar de adherir a muchos de vosotros, que habían advertido esta canallada hace mucho tiempo. Porque de qué otra cosa podríamos estar hablando cuando dan las dos, las tres, las cuatro, ¡las cinco de la tarde! y Lamordes sigue jugando mientras su "querido ElMonito" lo espera en la puerta, cual huerfano de padre y madre.
(El reloj del Casino de Viña da las seis campanadas. Lamordes parece despertar de una sesión de hipnosis).
-¡Diablos, ElMonito! ¿Qué será de él? ¿Estará aún en la puerta?
(Corre. Lo ve. Se detiene.)
-Ah. Hola.
-¡Tío!
-No me hables. Perdí más de 20 lucas.
-A lo mejor bajó mal la palanca. Dicen que hay que bajarla despacito.
-Cállate será mejor, no me saques pica. Con esta desgracia que me ha ocurrido te has quedado sin almuerzo.
-Entonces cómpreme un helado de Centella, que vale cien pesos no más.
-Bueno, toma. Allí hay un heladero.
-¡Gracia, querido tío! Voy a comprar altiro uno. No se vaya, o mejor vamos juntos, porque osinó se cuede perder de nuevo.
-Ya, vamos.
(Con el helado en la mano)
-¿Quere una mascada, tío?
-No.
-Masque un poquito, ¿no ve que a lo mejor tiene sed?
-No, gracias. Ya tenemos que volver a Santiago.
-Bueno, pero por lo menos lléveme hasta la esquina de ahí, porque quero ver el mar.
-Mira, he allí el amplio mar.
-¡Está verde, tío!
-Dicen que son algas.
-Chuta, menos mal que no me bañé, porque osinó a lo mejor sale un cocodrilo de las algas y me masca el peroné.
-¿Y esa palabra?
-Es un hueso que aprendí en Ciencias Naturales. ¿Queda aquí? ¿Ve?
-Sí veo.
-O tan bien a lo mejor sale un pulpo de las algas y fregué porque los pulpos tienen pentáculos.
-Oye, si tienes miedo debes vencerlo. Báñate un momento.
-No quero. Es muy tarde. Tengro frío.
-Toma el trajebaño y póntelo por debajo de tu vestido celeste. ¿Ya estás listo?
-Sí.
-Bajemos entonces a la playa. Anda, métete, disfruta como yo no puedo hacerlo.
-¡Ah, está muy mojada el agua, tío!
-Deja que rompa la ola.
-¡Mire! ¡Yupiiiiii!... mire... ¡un tiburón!... ¡glu glu glu! ¡Ajjjj!
-Eso te pasa por no cerrar la boca, gaznápiro.
-Ajjj... tiene más sal quel güevo duro, tío. Aggg... es... asquerosa.
-¿Ya disfrutaste?
-Sí, quero bañarme de nuevo porque ya me acostumbré.
-Olvídalo, nos tenemos que ir.
-Qué poquito, pero no importa porque lo pasé bien y estamos juntos. ¡Gracia, tío por traerme a la playa de Villa del Mar!
-Qué agradeces, bicharraco.
Me yyamo ElmOnito y tengo 7 años y ¡sienpre boi en primero, nunca paso! Ni tio el señor Lamordes sienpre me reta por qe puro cree qe qero comer chocolate trencito en vez qe llo lo qe puro qero es no aburrirme y jugar. Ogalá jugar a la pelota o tan bien jugar plaistechon o tan bien pegar láminas de álbun. Ni tio es periodista y me ase dormir en el close de su ofisina. Ni tio dise que me qere bastante. LLo tan bien lo qero a él pero es muy retón. Grasia.
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8 comments:
Como toda entrada en este blog: Espectacular.
Oye, ElMonito, para las proximas ocasiones en que pudieses sentirte asi mareado dicen que respirar bien hondo y pausado pasa las nauseas, o a veces olvidarte de que te dieron nauseas y quieres vomitar (No es raro que uno se enferme mas cuando se trata/te tratan como enfermo)
¿Se habra sentido culpable tu tio Lamordes por el mal rato afuera del casino que te compró un centella y te llevó a la playa a bañarte? Ojalá lo hayas pasado bien entre olas y espuma, y cuidado para la proxima; El mar es bien bravo y caprichoso para sus cosas. ¿Viste en las noticias esos niños que se perdieron en el mar? No se vaya a perder cierto titere aficionado a los trencitos tambien.
Qué falso Lamordes! .. y yo había creído que su aceptación de ir a la playa era por las adulaciones de ElMonito!, pero claro que no, él ya tenía sus planes hechos; no pudo Tío Sr Lamordes ir con más gente y que ElMonito se bañara en el mar con ellos, mientras usted sólo perdía dinero?
ElMonito, creo que debes cambiar de tio, éste ya no tiene remedio!
Mis cariños ElMonito
Oye Lamordes, no te estarás llendo al porcino?
ElMonito, te enseñaron tus derechos en el cole?
Hay que llamar al SENAME urgente. Lamordes no puede seguir comportandose así.
Aguante Elmonito
El Monito,me has hecho muy feliz con tu comentario...además nadie visita mi blog por fome,así que ha sido una grata sorpresa.
Lamordes,por favor dale vacaciones más dignas a tu El Monito.
Menos mal que el tío narrador intervino para dar a conocer lo mal que se está portando el tío señor Lamordes. Apoyo la moción del Sename. Pobrecito, apenas tomó un poco de agua salada y de vuelta a Santiago.
Quiero agregar que El Monito se merece más que un centella y las olas fueron muy pocas. Te pasate Lamordes, apretado, irresponsable, descriteriado e insensible. Si el Sename no intervino cuando El Monito deambuló solo y perdido por Santiago de noche, dudo que lo haga ahora, propongo que adoptemos a El Monito.
Tillible de trágica la historia del Monito... pucha, pobre niño. Ya, de ahí vengo de neuvo pa' ver qué pasa.
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