Tío, me duele la guata

-Tío, me duele la guata y me salen los chanchitos con olor malo.
-¿Ves lo que te pasó por comer tanto anticucho y empanada en las fondas?
-Es que usté me llevó a celebrán el Diciocho en vez que yo quería tirar al blanco y pegarle con la caradina a los patitos y descués usté se quedó en la fonda de chicha y me entró el olor a empanada y descués el olor a empanada se me pegó en la nariz y mejor comí.
-Pero se te pasó la mano.
-Oinc...
-Estás podrido, tómate una sal de fruta.
-Bueno.
(Se la toma).
-Es como saladita el agua... oinc...
-Uf... ¡no me lo tires a la cara!
-Parece que la empanada de pino estaba más o menos no más querido tío señor Lamordes, porque adentro tenía como una pata de sapo.
-A mí no me hizo nada.
-A lo mejor la pata de sapo que le salió a usté estaba limpia en vez que la pata de sapo que me salió a mí parece que estaba sucia porque el sapo pisó el barro con esa pata mientras tanto que con la otra pata pisó el agua y la pata salió limpiecita.
-Así debe ser.
-Oinc...
-¿Qué vas a hacer ahora?
-Tirarme otro chanchito.... oinc...
-No, qué vas a hacer ahora si recién mañana es el Dieciocho.
-¡¿Mañana!? ¿Tuavía quedan fondas?
-Sí, y queda la Parada Militar.
-Entonces me voy a mejorán más ratito.
-Te daré un agua de hierbas.
-Ya, de menta porque la agua de otra cosa es más mala mientras tanto que la agua de menta es más rica porque tiene sabor a menta, no es amarga.