Tío, ¿y ahora que viene?

-Tío...
-Qué.
-¿Y ahora que terminaron los Fuegos Olímpicos qué viene descués?
-Los Juegos Olímpicos.
-Pero son de fuego de antorcha, ¿no ve que ahora se apagó la antorcha y ahora ya no hay Fuegos Olímpicos?
-Ah, si razonas de ese modo puede ser.
-Pero qué viene.
-Qué viene cómo.
-Ya pos, no se haga. Qué viene descués de los Fuegos Olímpicos.
-Viene lo que viene después que se acaban las cosas. Vienen otras cosas.
-Pero qué cosa divertida.
-El circo... la película de Kramer... las marchas.
-Pero las marchas no son más divertidas porque ahora los marchistas no se difrazan. Se difrazan de puros capuchados.
-Ah.
-¿Pero hay más carreras?
-Hay  carreras de caballos.
-¿Cuedo ir?
-No, porque te puedes enviciar si apuestas.
-Pero yo puro quero ir a ver los caballos de correr, no de apostar.
-Algún día le pediré al Polaco que te lleve.
-¿Quén es el Polaco?
-Un señor que va a las carreras.
-Ah, pero yo quero ir con usté, porque usté es retón pero siempre me compra un italiano o un trencito, mientras tanto que el señor Polaco a lo mejor no me compra ninguna cosa, pero a mí me gustan más los trencitos pero en veces me gustan más los italianos con bebida Fanta.
-Bueno, ahora te vas al closet. Ya se hizo tarde y mañana tienes clases.
-No tío porque el Martínez me llamó en la tarde y me dijo que el Loro Espinoza le dijo que parece que se tomaron el colegio para pedín educación gratis.
-¡Hasta cuándo!
-Hasta siempre gratis, querido tío señor Lamordes. Eso dice el Loro Espinoza que le dijo un cabro más grande que habla.