Sunday, January 20, 2008

Primera parada: un improvisado baño de mar

-Cierra la ventana, gaznápiro.
-Bueno, tío.
(Al rato).
-Tío...
-Qué.
-Tengo calor. ¿Cuedo abrir la ventana de nuevo para que me entre aigrecito?
-Ábrela sólo un poco.
(...)
-¡La abriste demasiado! Se van a volver a volar los papeles que llevamos atrás.
-Ya. Espere. ¿Ahora sí?
-Sí.
-Pero así me da calor. Me empezó a encraspirar la cara. Me están saliendo gotas de la frente, tío, pero no me gustan tanto porque son saladas. ¿Por qué las gotas de la frente son saladas y no son dulces, tío? Pero tan bien las gotas del cuello son saladas pero las gotas de las patas no son de nada, porque cuando me saco las zapatillas no salen gotas porque sale un olor asqueroso, porque las patas están encarceladas y cuando quedan libres salen negras.
-Ah.
-¡Mire, ahí ya se ve el mar!
-Sí, es que ya pasamos las Chilcas y todo eso.
-¿Ahí era donde usté decía que vivía un señor que le fallaba el mate que se llamaba El Mitaño?
-Sí, pero ya se murió.
-Ahora parece que dijeron que llegó a vivir otro señor que le falla el mate.
-No sé.
-¿Por qué a los señores que les falla el mate les gusta vivir debajo de los cuentes, tío?
-No sé.
(Al rato).
-Chuta, se me reditió el trencito.
-¿No ves, mequetrefe, gusano desobediente? ¡Te dije que te compraras un chicle mejor!
-Verdá. Fregué. Emprésteme una servilleta para limpiar el chocolate.
-¿Te manchaste las manos?
-Menos mal que no, tío. Las tengo limpiecitas porque el trencito justo se reditió en el asiento!
-¡Burro! ¿No sabes cuánto cuesta mandar a lavar los asientos?
-No, tío, no sé. ¿Cuánto cuesta?
-12 mil pesos.
-Tome, yo le cuedo emprestar cuatro cien pesos y así le sobran dos cien pesos.
-¡Ignorante! Doce mil pesos, no doscientos.
-Ah, ¿eso es más que dos cien pesos?
-Grrr...
-¡Bajémonos a esa playita a limpiar el asiento y nos bañamos!
-Bueno. La verdad es que yo tengo harto calor también y me haría bien una zambullida.
(Al rato).
-Tío, ¡que está fría el agua, pero está rica, pero está muy fría, porque está helada! ¡Está como yelo!
-No te metas tan adentro.
-¿Cuedo sacar los antiojos de hombre rana para ver si abajo del agua encuentro jaibas?
-No.
-Si me quedo parado entonces a lo mejor cuedo ver pasar una ánguila.
-Se dice anguila, no ánguila.
-La otra vez que estaba en el mar de Quisco entonces vi una jaiba que tenía aletas. ¡Es verdá, no es mentira!
-Ah, qué frescura. Mmm... ¡Ah, esto es vida!
-Sí. ¡Vivan las vacaciones!
(Al rato).
-Ya. A salirse, que hay que continuar el viaje. Nos queda mucho para llegar a Coquimbo. No hemos pasado ni siquiera Los Vilos.
-Tengo hambre, porque uno cuando se baña en el mar da hambre, tío.
-Saquemos algo de la hielera y comemos algo aquí mismo, ¿te parece?
-¡Síííí!
-Espera... ¡Lo que faltaba!
-¿Qué pasó, tío?
-Mira. Se reventó un neumático. A lo mejor a la orilla del camino había un clavo. Hay que cambiar la rueda. Pásame la gata.
-No está, tío, porque usté la dejó en la casa porque no la quiso traer porque dijo que los gatos se asustan cuando se cambian de casa.
-¡La gata para levantar el auto, animal!
-Ah, pero no sé cómo es.
-Está en el portamaletas. Tienes que levantar el piso y debajo está la gata.
(Al rato).
-¿Es esta cosa de fierro como rara?
-Sí. Pásamela.
(Al rato).
-¡Uf! ¡Listo, por fin! Quedé todo transpirado.
-Yo tan bien, tío, porque cuando lo estaba viendo me dio todo el sol y entonces craspiré y ahora quero bañarme de nuevo para ver si cuedo sacar una jaiba guagüita.
-Bueno, bañémonos otra vez para sacarnos la transpiración.
-¡Viva!

1 comment:

Maqui & Violetas said...

Qué bueno que el tío Lamordes cumplió su palabra y se fue de vacaciones con ElMonito.

Me dio envidia, yo también quiero un baño en el mar!

El Monstruo del 18 de Octubre

-Tío... -Qué. -Dicen en el matinal de Megavisión que mañana va llegar el Moutro del 18 de Ostubre . -Te dije que no vieras los matinales. -...