-Tío, ¿ahora que lluvió entonces se terminó el calentamiento golar?
-¿Qué tiene que ver una cosa con otra?
-¡Claro, porque como lluvió entonces se terminó el calentamiento golar porque la tierra se puso mojada y entonces se enfrió el calentamiento golar, entonces quere decir que ya no hace tanto calor porque hace más frío, ¿no ve?
-Tú no entiendes nada, pero te perdono, porque nadie entiende mucho del clima y ahora por todo se le echa la culpa al calentamiento global.
-¡Pero si tiene la culpa, porque salió en una película! ¿No ve que ahora los osos polares ya no tienen yelo porque se reditió el yelo y entonces los osos polares comen focas no tan heladas, en vez que las focas ahora parece que andan pasadas a sila por el calor, parece...
-Cállate, mequetrefe. Si quieres hablar del tema, habla en serio.
-Pero si hablo en serio, querido tío señor Lamordes, pero no se enoje. Por eflenco, la otra vez salió que estamos en grave sequida. ¿Quere decir que ahora se terminó la sequida?
-Mira, todos los idiotas repiten que esta es una de las peores sequías del último tiempo, pero a mí me gustaría ver cifras. Aquí en Santiago, por ejemplo, ha llovido lo que un año normal. ¿Dónde está la sequía? A la Onemi se le ocurrió decir al mismo tiempo que nos preparáramos para "inusuales temporales". ¿Es primera vez que en invierno hay "inusuales temporales"? No entiendo, parece que creen que nacimos ayer. ¡Pero los tontitos hacen caso y repiten como loros las estupideces que dice la autoridad!
-¡Tío, está demasiado enojado! Mejor me voy al clóse.
-Tú no te vas a ninguna parte. Te quedas hasta que aprendas la lección.
-¿Cuál es la lesión? ¿Hay que estudiar?
-No, la lección es que hay que usar el sentido común y al menos dudar de lo que te digan.
-El Baeza dijo el otro día que pilló a su papá cuando se estaba pescando a la empliá.
-¿Qué?
-Eso dijo, pero yo no entendí, pero el Toro con el Martínez dijeron "¡cuenta cuenta!", pero entonces se fueron los tres al lado del tiosco y no me quisieron llevar, y estuvieron hablando hasta que terminó el recreo y descués yo fui a preguntar pero el Toro me dijo cállate ElMonito que nos van a castigar, ¿no vís que estamos en la fila de entrada a la clase?, así que no supe y entré a clase. ¿Qué quere decir eso, tío?
-Quiere decir que tienes que hacer todas las tareas, estudiar y portarte muy bien.
-¡No vale! porque eso que dice usté no es verdá, porque es mentira.
Me yyamo ElmOnito y tengo 7 años y ¡sienpre boi en primero, nunca paso! Ni tio el señor Lamordes sienpre me reta por qe puro cree qe qero comer chocolate trencito en vez qe llo lo qe puro qero es no aburrirme y jugar. Ogalá jugar a la pelota o tan bien jugar plaistechon o tan bien pegar láminas de álbun. Ni tio es periodista y me ase dormir en el close de su ofisina. Ni tio dise que me qere bastante. LLo tan bien lo qero a él pero es muy retón. Grasia.
Monday, April 28, 2008
Wednesday, April 16, 2008
Una visita terrorífica (¡Historia número 250!)
-Tío, anda un señor vendiendo ropa usada, o sea no ropa limpia porque la ropa usada tiene olor a sila, pero el señor se parece al Dostor Cao de Nanllín. ¡No le abra!
-Tú y tu imaginación de renacuajo. ¿Que no ves que se trata de un pobre hombre?
(Suena el timbre).
-¿Sí?
-Disculpe, quelido señol. Sel poble homble que vendel lopa a plecio muy conveniente.
(ElMonito le habla a su tío al oído).
-¿No ve que habla como chino?
-Cállate, mequetrefe. ¿Qué clase de ropa vende?
-Polela, zapatilla de malca, especial pala niño. ¿Hay niño en su casa?
-¿Niños? Bueno... está este títere.
-¡Es lo que necesital! Glup... Tengo lopa especial pala niño, plecio balatísimo. Plecio de ganga. ¿Podel pasal a mostlal?
-Adelante, por favor.
-¡Tío, tengo susto!
-Cállate, animal.
(El hombre entra).
-Ahola mostlal lopa, quelido caballelo. Milal pala acá...
(Le dispara un spray a los ojos).
-¡Auch! ¡Qué hace! ¡Me ha dejado paralizado!
(El tío se duerme).
-¡Ah, sel extlemadamente confiado en desconocido, quelido señol! Ahola le voy a sacal el colazón a este niño. Hace lato que no como colazón de niño, sabloso... Hummm, hacel agua la boca.
-¡No se va comer mi corazón para que sepa, Dostor Cao de Nanllín, porque para que sepa yo no tengo corazón porque puro soy de trapo nomás!
-Ja ja ja, ¡Te tengo!... ¿A vel?... ¡No sel de tlapo! ¡Sentil latido lápido de colazón goldito, tielno!
-¡Mentira, porque es un reloj a cuerda que me regaló el Toro para mi cumpleaños, pero es de cuerda de mentira porque ahora los relojes no tienen cuerda, Dostor Cao de Nanllín, porque son de pilas, pero las pilas suenan como cuerda para que sean como relojes de cuerda, no de pilas, porque los relojes de pila son muy fomes, porque no suenan...
-¡Callal, gaznápilo!
-Y tan bien para que sepa yo corro más fuerte porque en la clase de gicnasia salí segundo en la carrera en el patio porque soy más flaco, entonces tengo menos carne y corro más fuerte, pero me ganó el chico Guzmán porque el chico Guzmán es más chico, entonces le cuesta menos correr porque el chico Guzmán tiene menos...
-¡Hagan callal a este títele, pol favol!
-Y tan bien para que sepa tengo una pistola, así que no cuede sacarme el corazón porque le echo un disparo, pero es de fulminante, pero tan bien da susto porque suena.
-Dispalal, dispalal con confianza... pequeño niño.
-¡Bang bang bang!
-¡Niño tonto! ¡Entlal fulminante a cala de Doctol Cao de Nanjing! ¡Ahola no podel vel nada!
-Salga por la cuerta, Dostor Cao de Nanllín. Ahí está más clarito para que cueda ver. Camine así,... ¡no, un poco más para el lado de la cuerta!.. ¡Así... Ahora... salga para afuera de la casa para que cueda ver el sol, Dostor Cao de Nanllín...
(ElMonito cierra la puerta).
-¡Plaf!
-Ah, ya me puedo mover... ¿Qué me pasó? No recuerdo nada... ¿Y el hombre?
-Se fue caminando, querido tío señor Lamordes, pero chocó con el poste, pero descués salió caminando con el carretón y dio vuelta la esquina.
-Pucha, qué lástima. Vendía ropa tan barata. Voy a ver si lo pillo para comprarle unas poleras.
-¡No vaya, tío, porque quero hacer las tareas y quero que me ayude a hacer unos palotes!
-Vaya, ¿tienes ganas de hacer tareas? ¡Encantado te ayudo! ¿Por dónde empezamos?
-Empecemos por esta tarea de número, que es más larga.
-Bien... bien... ¿A ver? Mmm... unidad, decena, centena... ¿entiendes?
-Tú y tu imaginación de renacuajo. ¿Que no ves que se trata de un pobre hombre?
(Suena el timbre).
-¿Sí?
-Disculpe, quelido señol. Sel poble homble que vendel lopa a plecio muy conveniente.
(ElMonito le habla a su tío al oído).
-¿No ve que habla como chino?
-Cállate, mequetrefe. ¿Qué clase de ropa vende?
-Polela, zapatilla de malca, especial pala niño. ¿Hay niño en su casa?
-¿Niños? Bueno... está este títere.
-¡Es lo que necesital! Glup... Tengo lopa especial pala niño, plecio balatísimo. Plecio de ganga. ¿Podel pasal a mostlal?
-Adelante, por favor.
-¡Tío, tengo susto!
-Cállate, animal.
(El hombre entra).
-Ahola mostlal lopa, quelido caballelo. Milal pala acá...
(Le dispara un spray a los ojos).
-¡Auch! ¡Qué hace! ¡Me ha dejado paralizado!
(El tío se duerme).
-¡Ah, sel extlemadamente confiado en desconocido, quelido señol! Ahola le voy a sacal el colazón a este niño. Hace lato que no como colazón de niño, sabloso... Hummm, hacel agua la boca.
-¡No se va comer mi corazón para que sepa, Dostor Cao de Nanllín, porque para que sepa yo no tengo corazón porque puro soy de trapo nomás!
-Ja ja ja, ¡Te tengo!... ¿A vel?... ¡No sel de tlapo! ¡Sentil latido lápido de colazón goldito, tielno!
-¡Mentira, porque es un reloj a cuerda que me regaló el Toro para mi cumpleaños, pero es de cuerda de mentira porque ahora los relojes no tienen cuerda, Dostor Cao de Nanllín, porque son de pilas, pero las pilas suenan como cuerda para que sean como relojes de cuerda, no de pilas, porque los relojes de pila son muy fomes, porque no suenan...
-¡Callal, gaznápilo!
-Y tan bien para que sepa yo corro más fuerte porque en la clase de gicnasia salí segundo en la carrera en el patio porque soy más flaco, entonces tengo menos carne y corro más fuerte, pero me ganó el chico Guzmán porque el chico Guzmán es más chico, entonces le cuesta menos correr porque el chico Guzmán tiene menos...
-¡Hagan callal a este títele, pol favol!
-Y tan bien para que sepa tengo una pistola, así que no cuede sacarme el corazón porque le echo un disparo, pero es de fulminante, pero tan bien da susto porque suena.
-Dispalal, dispalal con confianza... pequeño niño.
-¡Bang bang bang!
-¡Niño tonto! ¡Entlal fulminante a cala de Doctol Cao de Nanjing! ¡Ahola no podel vel nada!
-Salga por la cuerta, Dostor Cao de Nanllín. Ahí está más clarito para que cueda ver. Camine así,... ¡no, un poco más para el lado de la cuerta!.. ¡Así... Ahora... salga para afuera de la casa para que cueda ver el sol, Dostor Cao de Nanllín...
(ElMonito cierra la puerta).
-¡Plaf!
-Ah, ya me puedo mover... ¿Qué me pasó? No recuerdo nada... ¿Y el hombre?
-Se fue caminando, querido tío señor Lamordes, pero chocó con el poste, pero descués salió caminando con el carretón y dio vuelta la esquina.
-Pucha, qué lástima. Vendía ropa tan barata. Voy a ver si lo pillo para comprarle unas poleras.
-¡No vaya, tío, porque quero hacer las tareas y quero que me ayude a hacer unos palotes!
-Vaya, ¿tienes ganas de hacer tareas? ¡Encantado te ayudo! ¿Por dónde empezamos?
-Empecemos por esta tarea de número, que es más larga.
-Bien... bien... ¿A ver? Mmm... unidad, decena, centena... ¿entiendes?
Friday, April 11, 2008
Prueba de diagnóstico
-¿Cómo te fue en la escuela?
-Más o menos.
-Ah, ya veo que vienen malas noticias.
-Es que la crueba de diasnóstico no la hicieron bien, porque la tía Ernestina hizo puras preguntas no fáciles, porque no eran fáciles. Eran difíciles.
-¿Qué preguntó?
-Por eflenco preguntó para qué sirve el hígado y yo puse que era una sustancia para servía para hacer chocolate y me la puso mala porque descués dijo que era un órgano del puerco, pero yo sabía, pero justo se me olvidó. Descués salieron unas restas en vez que unas sumas, así que dejé en blanco. Descués salió la batalla del 5 de abril pero yo le puse que era cuando Fernando Jigin salió arrancando a caballo y se salvó apenitas, pero la tía dijo que no era efectivo y me puso un cuarto de punto no más.
-¿Qué nota te sacaste?
-Era sin nota, menos mal. O sea que era con nota, pero la nota no vale.
-¿Y qué nota no vale?
-El 1,7 que me saqué. Pero no es tan malo porque el Mujica se sacó un 2,2 y el Valladares se sacó un 0,5, o sea un 5,0. El Toro estaba contento porque dijo que se había sacado un 6 pelado y el Martínez se sacó como un 4,10.
-Por tonto te quedas sin ver la Copa Davis y el Clásico.
-¿Cuál es la Copa Davis?
-La de tenis.
-Ah, menos mal porque no me gusta tanto porque es muy larga, entonces hay que estar sentado mucho rato en el sillón y yo quero salir a jugar porque mañana no hay clases.
-Bueno, sal, pero un ratito nomás. Ya hablaremos de tus estudios.
-¡Viva ni tío!
-Más o menos.
-Ah, ya veo que vienen malas noticias.
-Es que la crueba de diasnóstico no la hicieron bien, porque la tía Ernestina hizo puras preguntas no fáciles, porque no eran fáciles. Eran difíciles.
-¿Qué preguntó?
-Por eflenco preguntó para qué sirve el hígado y yo puse que era una sustancia para servía para hacer chocolate y me la puso mala porque descués dijo que era un órgano del puerco, pero yo sabía, pero justo se me olvidó. Descués salieron unas restas en vez que unas sumas, así que dejé en blanco. Descués salió la batalla del 5 de abril pero yo le puse que era cuando Fernando Jigin salió arrancando a caballo y se salvó apenitas, pero la tía dijo que no era efectivo y me puso un cuarto de punto no más.
-¿Qué nota te sacaste?
-Era sin nota, menos mal. O sea que era con nota, pero la nota no vale.
-¿Y qué nota no vale?
-El 1,7 que me saqué. Pero no es tan malo porque el Mujica se sacó un 2,2 y el Valladares se sacó un 0,5, o sea un 5,0. El Toro estaba contento porque dijo que se había sacado un 6 pelado y el Martínez se sacó como un 4,10.
-Por tonto te quedas sin ver la Copa Davis y el Clásico.
-¿Cuál es la Copa Davis?
-La de tenis.
-Ah, menos mal porque no me gusta tanto porque es muy larga, entonces hay que estar sentado mucho rato en el sillón y yo quero salir a jugar porque mañana no hay clases.
-Bueno, sal, pero un ratito nomás. Ya hablaremos de tus estudios.
-¡Viva ni tío!
Wednesday, April 09, 2008
El bebé del taxi
-Tío, dice el diraio que nació una guagüita en el asiento de atrás de un taxi y descués la guagüita lloró porque la guagüita se asustó parece porque no estaba naciendo en el hospitán en vez que estaba naciendo en un taxi y por eso lloró, y descués gomitó porque justo el taxi dio la vuelta y como la guagüita no estaba acostumbrada a las culvas entonces se le revolvió el estógamo y descués la guagüita se quedó dormida, feliz porque la mamá le dio la papa en el taxi...
-¡Cállate, gaznápiro! De lo que dijiste, menos de la mitad es cierto.
-¡Entonces el diraio miente!
-¿Miente? Mmm... no creo.
-Pero si salió en el diraio en la portada de atrás.
-¿Leíste la noticia entera?
-La vi en la tapa de atrás porque en el tiosco de la esquina pusieron las dos tapas: la tapa de adelante y la tapa de atrás, pero toda la gente veía la tapa de atrás y una señora que iba pasando le dijo al señor del tiosco, le dijo ¡por Dios!, así le dijo.
-Entonces no leíste la noticia.
-No la leí entera. Leí un poco la parte del título y descués vi la foto. Sale la cabeza de la guagüita naciendo, pero no es tan bonita la guagüita, es peluda. ¿Yo cuando chico nací con pelo o nací pelado como soy ahora, querido tío señor Lamordes?
-Tú no naciste. ¡A ti te cosieron, ja ja ja!
-¡No, porque yo nací igual que todos los niños, porque yo tan bien soy niño, para que sepa!
-¿Niño, tú? Ja ja, tú eres un simple títere, un gusano de poca monta, apenas un ElMonito.
-No diga eso, ¿no ve que me da como pena en la carganta?
-Está bien. Tú naciste peludo, pero al nacer te cortaron el pelo con máquina eléctrica. La enfermera pasó la máquina muy adentro y te sacó la piel, así que nunca más te volvió a salir pelo.
-Ah, chuta, ¿así fue la mala suerte? Fregué. ¿Pero por qué no me quedó cicatriz?
-Sí te quedó, pero con el tiempo se borró.
-Ah. Yo quero tener cicatriz para ser pirata de mentira. Un día en el cumpleaños del Valladares me difracé de pirata pero el parche se me salía a cada rato porque estaba amarrado de un hilo de cuerda, no era de lástico, entonces el hilo se soltaba ¡y el parche me quedó colgando en la pera!
-Sí, me acuerdo cuando te fui a buscar.
-Y descués la pata de palo me molestaba porque tenía que andar con la rodilla doblada y la pierna para arriba, porque usté me amarró la pierna con una soga, entonces me empezó a doler la pierna porque estaba retorcida la pierna en el puerco y cuando iba la mitad del cumpleaños le dije al papá del Valladares que me cortara la soga, pero el papá tomó una tijera y me quería cortar la pierna y me asusté, pero descués se puso a reír y dijo que era mentira y me cortó la pierna, ¡bah!, me quivoqué, me cortó la soga, menos mal. Así que descué andé.
-¿De qué era la pata de palo? No me acuerdo.
-Usté la hizo de un tronco del ciruelo que había podado el día de antes del cumpleaños, pero era media doblada, era una pata como de árbol. Y la amarró con unos alambres a la pierna. ¡Me dolía más que los tres chanchitos!
-Ya, debo irme a cumplir mis obligaciones. Chao.
-¡Espere, tío!...
-Qué te pasa ahora.
¿Cuánto es cuatro más tres?
-Siete.
-Ah, gracias.
-¿Por qué lo preguntas?
-Para que se quede un ratito más.
(Se va el tío).
-¡Espere! ¿Cuánto es cuatro más quinientos mil?
(De lejos).
-Quinientos mil cuatro...
-¿No es cuatro mil quinientos?
-No...
-¿Y cuánto es cuatro más mil quinientos mil?
(Apenas se escucha).
-Es... no sé...
-¡Yo sé, tío! ¡Es cuatro mil quinientos mil cuatro!
-¡Cállate, gaznápiro! De lo que dijiste, menos de la mitad es cierto.
-¡Entonces el diraio miente!
-¿Miente? Mmm... no creo.
-Pero si salió en el diraio en la portada de atrás.
-¿Leíste la noticia entera?
-La vi en la tapa de atrás porque en el tiosco de la esquina pusieron las dos tapas: la tapa de adelante y la tapa de atrás, pero toda la gente veía la tapa de atrás y una señora que iba pasando le dijo al señor del tiosco, le dijo ¡por Dios!, así le dijo.
-Entonces no leíste la noticia.
-No la leí entera. Leí un poco la parte del título y descués vi la foto. Sale la cabeza de la guagüita naciendo, pero no es tan bonita la guagüita, es peluda. ¿Yo cuando chico nací con pelo o nací pelado como soy ahora, querido tío señor Lamordes?
-Tú no naciste. ¡A ti te cosieron, ja ja ja!
-¡No, porque yo nací igual que todos los niños, porque yo tan bien soy niño, para que sepa!
-¿Niño, tú? Ja ja, tú eres un simple títere, un gusano de poca monta, apenas un ElMonito.
-No diga eso, ¿no ve que me da como pena en la carganta?
-Está bien. Tú naciste peludo, pero al nacer te cortaron el pelo con máquina eléctrica. La enfermera pasó la máquina muy adentro y te sacó la piel, así que nunca más te volvió a salir pelo.
-Ah, chuta, ¿así fue la mala suerte? Fregué. ¿Pero por qué no me quedó cicatriz?
-Sí te quedó, pero con el tiempo se borró.
-Ah. Yo quero tener cicatriz para ser pirata de mentira. Un día en el cumpleaños del Valladares me difracé de pirata pero el parche se me salía a cada rato porque estaba amarrado de un hilo de cuerda, no era de lástico, entonces el hilo se soltaba ¡y el parche me quedó colgando en la pera!
-Sí, me acuerdo cuando te fui a buscar.
-Y descués la pata de palo me molestaba porque tenía que andar con la rodilla doblada y la pierna para arriba, porque usté me amarró la pierna con una soga, entonces me empezó a doler la pierna porque estaba retorcida la pierna en el puerco y cuando iba la mitad del cumpleaños le dije al papá del Valladares que me cortara la soga, pero el papá tomó una tijera y me quería cortar la pierna y me asusté, pero descués se puso a reír y dijo que era mentira y me cortó la pierna, ¡bah!, me quivoqué, me cortó la soga, menos mal. Así que descué andé.
-¿De qué era la pata de palo? No me acuerdo.
-Usté la hizo de un tronco del ciruelo que había podado el día de antes del cumpleaños, pero era media doblada, era una pata como de árbol. Y la amarró con unos alambres a la pierna. ¡Me dolía más que los tres chanchitos!
-Ya, debo irme a cumplir mis obligaciones. Chao.
-¡Espere, tío!...
-Qué te pasa ahora.
¿Cuánto es cuatro más tres?
-Siete.
-Ah, gracias.
-¿Por qué lo preguntas?
-Para que se quede un ratito más.
(Se va el tío).
-¡Espere! ¿Cuánto es cuatro más quinientos mil?
(De lejos).
-Quinientos mil cuatro...
-¿No es cuatro mil quinientos?
-No...
-¿Y cuánto es cuatro más mil quinientos mil?
(Apenas se escucha).
-Es... no sé...
-¡Yo sé, tío! ¡Es cuatro mil quinientos mil cuatro!
Friday, April 04, 2008
¡Una cimarra hasta con cigarros y cerveza!
-¿Por qué llegas tan temprano de la escuela?
-Es que los cabros dijeron que no había clase y se fueron todos para la plaza y el Ulloa se puso a fumar, pero yo chupé un poquito y me entró el humo a la carganta y me dieron como ocho toses y fregué. Descués me marié y tuve que afirmarme a un tronco de árbol, pero era un árbol recién plantado, así que se dobló y quedó todo doblado. Así que descués me puse a enderezarlo y entonces el Toro me afirmó y me llevó a un banco y como a la media hora volví a caminar derechito, menos mal.
-Oye, por dónde empiezo...
-¿Qué quere hacer, tío?
-¡Por donde empiezo a retarte, gusano de poca monta!
-¡Por qué!
-Uno: hiciste la cimarra. Dos: fumaste. Tres: No utilizaste el cerebro para discernir lo bueno de lo malo. Cuatro: Quizás qué más hiciste.
-No hice nada más porque estaba mariado, pero no estaba mariado de tomar alcól porque yo no quise tomar vino, pero el Pérez tomó y descués se tiró un chancho con olor a vino, porque se tomó una botella de Cristal, pero chiquitita.
-¿Quién fue el de la idea de irse del colegio?
-Todos, porque en la mañana la tía Ernestina dijo que no hay ministra de Ducación porque la echaron Los Jaivas parece que dijo, entonces no hay clases niños dijo y se puso a reír la tía Ernestina, pero los cabros dijeron que era verdá que no había clases, no era mentira, y entonces al recreo los fuimos todos.
-¿Quién dices que echó a la ministra?
-Los Jaivas parece que dijeron. No me acuerdo, era como un conjunto famoso que toca música de Chile.
-¿No será Congreso?
-¡Parece que era Congreso! ¿Por qué la echaron, tío? ¿Toca mal? La tía Ernestina dijo que la echaron porque era india. Pero dijo que era india sin plumas y se puso a reír.
-¿Y la famosa tía Ernestina los dejó irse del colegio así nomás?
-No se dio cuenta porque estaba tomando café en la sala de profesores y descués cuando se dio cuenta los gritaba ¡niños, niños! pero ya estábamos en la esquina y el Valdivia gritó ¡no se den vuelta, sigan caminando!
-Ya me estoy imaginando la comunicación que me llegará el lunes.
-A lo mejor es comunicación de felicitación, porque la tía Ernestina dijo que parece que este año yo estaba más aplicado.
-Ya veremos. Pero falta lo más importante: ¡Qué te dio por fumar!
-Es que quería saber si era rico, porque los grandes fuman y dicen que es rico.
-¿Y era rico?
-No. Era malo. ¡Guac! Nunca más voy a fumar, querido tío señor Lamordes, pero el Figueroa dice que es rico pero que hay que aspirar bien, pero yo no aprendí porque aspiré mal. Aspiré muy fuerte y se me entró el humo para adentro del puerco y parece que me llegó al hígado porque me puse a toser demasiado.
-Mmm... parece que habrá que pensar en un cambio de colegio.
-¡No, tío, porque todos mis compañeros son de esta escuela!, y si voy a otra escuela voy a tener puros compañeros que son de la otra escuela, no de esta escuela. Entonces ¿con quén juego a las láminas en el recreo?
-Fumar no hace bien a la salud, querido sobrino títere.
-La otra vez salió en las noticias que un señor se tuvo que enterrar un hoyo en la carganta para fumar por el hoyito, pero lo malo fue que le quedó la voz como Darvéider. Daba susto cuando habló.
-Ya, te dejo, me voy a cumplir mis obligaciones.
-Espere, tío, que quero decirle una pura cosa.
-Dime.
-Quero ir al desierto para conocer a Yim-Bón.
-¿A quién?
-A Yim-Bón, el agente 07 que hace películas de acción y descués sale volando en un auto y descués lo persiguen unas actoras en trajebaño chiquitito. ¡Son mujeres asesinas!
-¿Quieres conocer a Bond o a las "actoras"?
-A Yim-Bón, porque las actoras me dan vergüenza, porque yo soy muy chico y se cueden reír de este pobre y triste ElMonito.
-¡Fregaste, renacuajo!, ja ja ja. ¡Haberme dicho antes! Ya se fueron de Chile. Partieron el jueves.
-¿Se fueron en el avión gigante?
-Parece.
-Chuta. ¡La suerte que tienen!
-Es que los cabros dijeron que no había clase y se fueron todos para la plaza y el Ulloa se puso a fumar, pero yo chupé un poquito y me entró el humo a la carganta y me dieron como ocho toses y fregué. Descués me marié y tuve que afirmarme a un tronco de árbol, pero era un árbol recién plantado, así que se dobló y quedó todo doblado. Así que descués me puse a enderezarlo y entonces el Toro me afirmó y me llevó a un banco y como a la media hora volví a caminar derechito, menos mal.
-Oye, por dónde empiezo...
-¿Qué quere hacer, tío?
-¡Por donde empiezo a retarte, gusano de poca monta!
-¡Por qué!
-Uno: hiciste la cimarra. Dos: fumaste. Tres: No utilizaste el cerebro para discernir lo bueno de lo malo. Cuatro: Quizás qué más hiciste.
-No hice nada más porque estaba mariado, pero no estaba mariado de tomar alcól porque yo no quise tomar vino, pero el Pérez tomó y descués se tiró un chancho con olor a vino, porque se tomó una botella de Cristal, pero chiquitita.
-¿Quién fue el de la idea de irse del colegio?
-Todos, porque en la mañana la tía Ernestina dijo que no hay ministra de Ducación porque la echaron Los Jaivas parece que dijo, entonces no hay clases niños dijo y se puso a reír la tía Ernestina, pero los cabros dijeron que era verdá que no había clases, no era mentira, y entonces al recreo los fuimos todos.
-¿Quién dices que echó a la ministra?
-Los Jaivas parece que dijeron. No me acuerdo, era como un conjunto famoso que toca música de Chile.
-¿No será Congreso?
-¡Parece que era Congreso! ¿Por qué la echaron, tío? ¿Toca mal? La tía Ernestina dijo que la echaron porque era india. Pero dijo que era india sin plumas y se puso a reír.
-¿Y la famosa tía Ernestina los dejó irse del colegio así nomás?
-No se dio cuenta porque estaba tomando café en la sala de profesores y descués cuando se dio cuenta los gritaba ¡niños, niños! pero ya estábamos en la esquina y el Valdivia gritó ¡no se den vuelta, sigan caminando!
-Ya me estoy imaginando la comunicación que me llegará el lunes.
-A lo mejor es comunicación de felicitación, porque la tía Ernestina dijo que parece que este año yo estaba más aplicado.
-Ya veremos. Pero falta lo más importante: ¡Qué te dio por fumar!
-Es que quería saber si era rico, porque los grandes fuman y dicen que es rico.
-¿Y era rico?
-No. Era malo. ¡Guac! Nunca más voy a fumar, querido tío señor Lamordes, pero el Figueroa dice que es rico pero que hay que aspirar bien, pero yo no aprendí porque aspiré mal. Aspiré muy fuerte y se me entró el humo para adentro del puerco y parece que me llegó al hígado porque me puse a toser demasiado.
-Mmm... parece que habrá que pensar en un cambio de colegio.
-¡No, tío, porque todos mis compañeros son de esta escuela!, y si voy a otra escuela voy a tener puros compañeros que son de la otra escuela, no de esta escuela. Entonces ¿con quén juego a las láminas en el recreo?
-Fumar no hace bien a la salud, querido sobrino títere.
-La otra vez salió en las noticias que un señor se tuvo que enterrar un hoyo en la carganta para fumar por el hoyito, pero lo malo fue que le quedó la voz como Darvéider. Daba susto cuando habló.
-Ya, te dejo, me voy a cumplir mis obligaciones.
-Espere, tío, que quero decirle una pura cosa.
-Dime.
-Quero ir al desierto para conocer a Yim-Bón.
-¿A quién?
-A Yim-Bón, el agente 07 que hace películas de acción y descués sale volando en un auto y descués lo persiguen unas actoras en trajebaño chiquitito. ¡Son mujeres asesinas!
-¿Quieres conocer a Bond o a las "actoras"?
-A Yim-Bón, porque las actoras me dan vergüenza, porque yo soy muy chico y se cueden reír de este pobre y triste ElMonito.
-¡Fregaste, renacuajo!, ja ja ja. ¡Haberme dicho antes! Ya se fueron de Chile. Partieron el jueves.
-¿Se fueron en el avión gigante?
-Parece.
-Chuta. ¡La suerte que tienen!
Tuesday, April 01, 2008
ElMonito se perdió el avión gigante
-¡Protesto, querido tío señor Lamordes!
-¿Por qué, renacuajo?
-Porque usté puro me saca del clóse cuando está burrido y descués yo me aburro más tuavía adentro del clóse cuando pasan los días y yo sigo adentro del clóse porque no salgo nunca, ni siquera cuedo salir hacer pipí y entonces me tengo que aguantar, ¿pero no ve que la vesiga se infla y descués se cuede reventar la vesiga? Una vez salió en el diraio que a una viejita que tenía como 92 años, parece que tenía 93 años, no me acuerdo cuántos años tenía la viejita, parece que eran como 92, entonces dijeron que se le reventó la vesícula y se le salió el puerco para fuera y descués no sé, pero era grave...
-¿Te puedes callar un rato, mequetrefe?
-Es que tengo que aprovechar.
-¿Y de qué tanto te interesa hablar? No te has perdido de nada importante.
-¡Pero el otro día salió a volar el avión gigante y yo no lo cude ver porque puro escuché cuando los guardianes gritaron ¡lorea Claudio el avión pa grande! y el otro guardián le dijo ¡puta la huevá gigante, se pasó! ¡Es verdá, no es mentira!, así dijeron los guardianes. Y descués salió en las noticias que a un señor le dispararon una bala en el celebro para la protesta del Día del Niño Combatiente y descués la bala se le salió por el estenón y descués salió caminando el señor, pero iba serio porque le dolía el estenón, entonces lo llevaron al hospitán ¡y se murió, tío, es verdá, no es mentitra! ¡Y nadien hizo nada! ¡Y todos no hicieron ninguna cosa y se murió el señor delante de todos!
-Tropa de bandidos, cobardes e ineficientes.
-Sí. El señor se habería salvado si el avión gigante aterriza en la Villa Fresia y descués lo entra y lo mete en la cama, porque el avión gigante tiene cama, pero parece que no tiene hospitán, así que a lo mejor el señor entonces se muere, parece. ¿Los aviones no tienen dostores, querido tío señor Lamordes?
-Había uno que sí, ¿recuerdas?
-No, ¿cuál?
-Ese avión que llevaba a tu temido doctor oriental...
-¡El Dostor Cao de Nanllín! Me acordé. Menos mal que hace tiempo que no me sale. El otro día estaba en el clóse y me salió, pero descués desperté porque estaba soñando. Me dijo una cosa como que quería comer damasco, no me acuerdo bien.
-¿Ya te hartaste de hablar?
-No, me falta.
-Di entonces lo que tienes que decir.
-Es que no me pasa nada por adentro de la cabeza. Parece que es verdá que tengo un poco de aserrín.
-¿A ver? (le sacude la cabeza).
-¡Auch!
-¡Pero si estás lleno de aserrín! Hay que sacártelo.
-No quero, porque cuede doler cuando la máquina entre en la cabeza.
-Tonto, como se te ocurre. ¿Crees que soy asesino?
-No, pero si usté dice que hay que sacar el aserrín entonces tiene que ser verdá. La otra vez cuando fuimos al Cajón de Maipú dijo que me tenía que sacar una espina y era verdá, no era mentira, y me dolió porque le espina se entró y picaba fuerte, pero descués no me dolió , pero descués el alcól me ardía, pero descués se me pasó. Me hizo bien.
-Ah.
-¿Hago las taeas?
-¿¿¿??? ¡Claro que sí! Has tomado la inciativa. Te felicito.
-No tengo. Ya vi el cuaderno.
-¿Cómo que no tienes?
-No tengo porque como estoy en clóse entonces no cuedo ir a clases, entonces la tía Ernestina parece que mandó a decir que si falto mucho me tiene que hacer una comunicación con licencia, pero no es licencia para andar en auto, porque es licencia médica.
-¿Y qué enfermedad padeces?
-Ninguna. Va tener que conseguirse una licencia con el dostor. ¿Conoce un dostor que dé licencias, querido tío señor Lamordes?
-Claro, el Doctor Cao te da una de inmediato.
-¡No! Prefiero ir sin licencia y que me castiguen y me hagan barrer la sala todos los recreos. Lo malo que los bancos están llenos de cáscaras de plátano y de membrillos machucados. Se ponen hediondos. Da asco.
-¿Por qué, renacuajo?
-Porque usté puro me saca del clóse cuando está burrido y descués yo me aburro más tuavía adentro del clóse cuando pasan los días y yo sigo adentro del clóse porque no salgo nunca, ni siquera cuedo salir hacer pipí y entonces me tengo que aguantar, ¿pero no ve que la vesiga se infla y descués se cuede reventar la vesiga? Una vez salió en el diraio que a una viejita que tenía como 92 años, parece que tenía 93 años, no me acuerdo cuántos años tenía la viejita, parece que eran como 92, entonces dijeron que se le reventó la vesícula y se le salió el puerco para fuera y descués no sé, pero era grave...
-¿Te puedes callar un rato, mequetrefe?
-Es que tengo que aprovechar.
-¿Y de qué tanto te interesa hablar? No te has perdido de nada importante.
-¡Pero el otro día salió a volar el avión gigante y yo no lo cude ver porque puro escuché cuando los guardianes gritaron ¡lorea Claudio el avión pa grande! y el otro guardián le dijo ¡puta la huevá gigante, se pasó! ¡Es verdá, no es mentira!, así dijeron los guardianes. Y descués salió en las noticias que a un señor le dispararon una bala en el celebro para la protesta del Día del Niño Combatiente y descués la bala se le salió por el estenón y descués salió caminando el señor, pero iba serio porque le dolía el estenón, entonces lo llevaron al hospitán ¡y se murió, tío, es verdá, no es mentitra! ¡Y nadien hizo nada! ¡Y todos no hicieron ninguna cosa y se murió el señor delante de todos!
-Tropa de bandidos, cobardes e ineficientes.
-Sí. El señor se habería salvado si el avión gigante aterriza en la Villa Fresia y descués lo entra y lo mete en la cama, porque el avión gigante tiene cama, pero parece que no tiene hospitán, así que a lo mejor el señor entonces se muere, parece. ¿Los aviones no tienen dostores, querido tío señor Lamordes?
-Había uno que sí, ¿recuerdas?
-No, ¿cuál?
-Ese avión que llevaba a tu temido doctor oriental...
-¡El Dostor Cao de Nanllín! Me acordé. Menos mal que hace tiempo que no me sale. El otro día estaba en el clóse y me salió, pero descués desperté porque estaba soñando. Me dijo una cosa como que quería comer damasco, no me acuerdo bien.
-¿Ya te hartaste de hablar?
-No, me falta.
-Di entonces lo que tienes que decir.
-Es que no me pasa nada por adentro de la cabeza. Parece que es verdá que tengo un poco de aserrín.
-¿A ver? (le sacude la cabeza).
-¡Auch!
-¡Pero si estás lleno de aserrín! Hay que sacártelo.
-No quero, porque cuede doler cuando la máquina entre en la cabeza.
-Tonto, como se te ocurre. ¿Crees que soy asesino?
-No, pero si usté dice que hay que sacar el aserrín entonces tiene que ser verdá. La otra vez cuando fuimos al Cajón de Maipú dijo que me tenía que sacar una espina y era verdá, no era mentira, y me dolió porque le espina se entró y picaba fuerte, pero descués no me dolió , pero descués el alcól me ardía, pero descués se me pasó. Me hizo bien.
-Ah.
-¿Hago las taeas?
-¿¿¿??? ¡Claro que sí! Has tomado la inciativa. Te felicito.
-No tengo. Ya vi el cuaderno.
-¿Cómo que no tienes?
-No tengo porque como estoy en clóse entonces no cuedo ir a clases, entonces la tía Ernestina parece que mandó a decir que si falto mucho me tiene que hacer una comunicación con licencia, pero no es licencia para andar en auto, porque es licencia médica.
-¿Y qué enfermedad padeces?
-Ninguna. Va tener que conseguirse una licencia con el dostor. ¿Conoce un dostor que dé licencias, querido tío señor Lamordes?
-Claro, el Doctor Cao te da una de inmediato.
-¡No! Prefiero ir sin licencia y que me castiguen y me hagan barrer la sala todos los recreos. Lo malo que los bancos están llenos de cáscaras de plátano y de membrillos machucados. Se ponen hediondos. Da asco.
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