-¡Tío, venga a ver la tele, que parece que ya llegó el primer señor penuaro, es un tío que parece que es chinito y dicen que viene del Japón! Chuta, a lo mejor viene con el dostor Cao de Nanllín.
-Estás bien atrasado de noticias, badulque. Eso fue ayer domingo.
-¡Pero ahí va caminando y ahora casi se cae tío, en vez que parece que casi se trompezó!
-Tienes razón. Va saliendo de la escuela de Investigaciones.
-¿Es un detestive, querido tío señor Lamordes?
-No hagas preguntas. Déjame ver.
-Pero si es un detestive entonces tendría que tener una pistola.
-A los detectives no se les notan las pistolas.
-Entonces es un detestive, porque no se le nota la pistola.
-Para que estés informado, al señor Fujimori se lo llevan de la escuela de Investigaciones a la escuela de Gendarmería.
-Entonces quere decir que es un gendalme. Entonces debería tener una escopeta.
-A los gendarmes se les notan los rifles.
-Entonces no es un gendalme, pero en vez que a lo mejor va estudiar para gendalme, ¿no ve que va a la escuela de Gendalmería?
-Claro, tienes toda la razón, te felicito. ¡¡¡¡¡Ándate!!!!!
-¡Pero qué dije, tío!
-Nada. Ándate.
-Es que quero saber si el tío chinito del Japón es penuaro, porque dicen que es penuaro, pero eso no cuede ser, porque es chinito.
-Es peruano. Sus padres eran japoneses pero él es peruano. Y fue presidente de Perú. Y ahora quiere volver a Perú.
-¿Y entonces se equivocó el avión, tío?
-No sé, todo esto me huele a faramalla.
-Yo creo que a lo mejor es el jefe de la invasión de los señores penuaros, tío, pero menos mal que vino sin escopeta.
-Dale con la invasión. ¡Córtala, gaznápiro, si no habrá ninguna invasión!
-¿Y qué va hacer el señor Sukiyaki?
-Se va preso por un tiempo, hasta que lo manden de vuelta al Perú.
-Ah, chuta. Ojalá que al Presidente Lagos no lo manden preso tan bien por retón. ¿Mandan presos a los señores por retones, tío?
-No.
-Menos mal. Entonces usté tan poco va ir a la cárcen. Qué bueno.
-Toma, quedó del otro día.
-¿Se lo cuedo dar al Francisquito, tío?
-¿Tienes un nuevo compañero de curso?
-No, es un niñito que conocí el otro día en la piscina cuando me invitó el Toro a bañarme a la piscina, ¿se acuerda cuando le dije que el agua estaba muy mojada? Ahí lo conocí.
-Bueno, dáselo, pero no creo que alcance a llegar. Mira, ya se está derritiendo.
-¡Es verdá, no es mentira! Entonces mejor me lo como altiro y le paso la luenga y descués me lavo las manos y la luenga no me la lavo porque la luenga se lava sola en la boca, tío, para que sepa.
Me yyamo ElmOnito y tengo 7 años y ¡sienpre boi en primero, nunca paso! Ni tio el señor Lamordes sienpre me reta por qe puro cree qe qero comer chocolate trencito en vez qe llo lo qe puro qero es no aburrirme y jugar. Ogalá jugar a la pelota o tan bien jugar plaistechon o tan bien pegar láminas de álbun. Ni tio es periodista y me ase dormir en el close de su ofisina. Ni tio dise que me qere bastante. LLo tan bien lo qero a él pero es muy retón. Grasia.
Monday, November 07, 2005
Wednesday, November 02, 2005
Vienen los señores penuaros, tío
-Qué haces con esa escoba, renacuajo.
-Me estoy estrenando, tío.
-¿Estrenando o entrenando?
-Estrenando.
-"Estrenando" para qué.
-Para salvarle la vida cuando lleguen los señores penuaros. Tan bien quero tener botas que suenen cuando dé los pasos de la marcha.
-¿Quiénes son los penuaros?
-Los que viven en Perú, o sea, los penuaros.
-Ah... noto que de nuevo estás viendo demasiada televisión.
-No tío, si es verdá, no es mentira. Dicen que parece que a lo mejor va haber una guerra de Chile versus Perú y en vez que a lo mejor a usté le va tocar marchar al desierto y a lo mejor a mí me suben a la Esmeralda y me mandan al Océano Pacífico, chuta, a lo mejor le cambian el nombre, entonces si me mandan yo tengo que estar estrenado. Y si no me mandan tan bien tengo que estar estrenado para que no lo cuedan matar a usté.
-Descuida. A ti no te van a mandar y a mí tampoco. Tú estás muy joven y yo estoy muy viejo.
-¿Cómo cuántos años hay que tener para ir a la guerra, querido tío?
-Como 18.
-Chuta, menos mal, porque a mí me faltan... ¿cuánto le falta a 7 para llegar a 18 tío?
-Resta.
-A ver... 7 a 8... 1. Me reservo 1, entonces 1 a 1... cero. ¡Me falta un año, tío!
-¡Tonto de capirote! ¿Por qué te resevaste 1? ¡No te reservas nada!
-Es que me gusta reservarme porque me gusta tener reservado. Usté tan bien siempre dice que es bueno tener reservado en el banco.
-Esos son los ahorros. ¡Eso no tiene nada que ver con una operación matemática, que debe ser exacta! ¡Me estás haciendo cambiar el genio de nuevo, animalejo! Falta un mes de clases y no aprendes a restar. ¿Sabes cuántos años te faltan para ir a la guerra? 11 años.
-Chuta, menos mal que son hartos años en vez que no son pocos años, porque no quero ir a la guerra, tío. Y para que sepa yo me estoy estrenando para puro que no me maten si llegan los señores penuaros.
-Tranquilo, que nadie te va a matar. Menos a ti. Ni siquiera se darán cuenta de que existes.
-¿Pero si vienen los señores penuaros me va esconder en el close, tío?
-Te voy a meter adentro de la caja con fotos viejas.
-Chuta, menos mal. Tío, ¿los señores penuaros de la Catedral tienen metralladoras?
-No, tienen muchos celulares, pero nunca les he visto ametralladoras.
-Ah. ¿Y tienen cascos?
-No. Pero ellos no van a venir. No creo que venga nadie hasta acá.
-Tío, ¿y es verdá que los señores penuaros inventaron una línia en el mar?
-Eso decimos nosotros.
-¿Qué decimos nosotros tío? Porque yo tuavía no sé mucho yo.
-Chile dice que ellos quieren correr la línea del límite marítimo.
-¿Y como se cuede hacer una línia en el mar, tío? ¿No se mueve la línia con las olas?
-Contigo no se puede hablar. Mejor sigue con la escoba, pero no patas arriba sino patas abajo. Eso quiere decir: ¡anda y barre!
-Tengo miedo tío. No quero que lleguen los señores penuaros.
-Te digo que no van a venir.
-¿Cuedo jugar un rato a Kudai para ver si se me olvida esta temerosidad que tengo?
-Deberías entrenarte haciendo restas mejor, pero por esta vez, juega un poco a tus Mitos y Leyendas. Te concedo cuatro minutos.
-¡Gracia!
-Me estoy estrenando, tío.
-¿Estrenando o entrenando?
-Estrenando.
-"Estrenando" para qué.
-Para salvarle la vida cuando lleguen los señores penuaros. Tan bien quero tener botas que suenen cuando dé los pasos de la marcha.
-¿Quiénes son los penuaros?
-Los que viven en Perú, o sea, los penuaros.
-Ah... noto que de nuevo estás viendo demasiada televisión.
-No tío, si es verdá, no es mentira. Dicen que parece que a lo mejor va haber una guerra de Chile versus Perú y en vez que a lo mejor a usté le va tocar marchar al desierto y a lo mejor a mí me suben a la Esmeralda y me mandan al Océano Pacífico, chuta, a lo mejor le cambian el nombre, entonces si me mandan yo tengo que estar estrenado. Y si no me mandan tan bien tengo que estar estrenado para que no lo cuedan matar a usté.
-Descuida. A ti no te van a mandar y a mí tampoco. Tú estás muy joven y yo estoy muy viejo.
-¿Cómo cuántos años hay que tener para ir a la guerra, querido tío?
-Como 18.
-Chuta, menos mal, porque a mí me faltan... ¿cuánto le falta a 7 para llegar a 18 tío?
-Resta.
-A ver... 7 a 8... 1. Me reservo 1, entonces 1 a 1... cero. ¡Me falta un año, tío!
-¡Tonto de capirote! ¿Por qué te resevaste 1? ¡No te reservas nada!
-Es que me gusta reservarme porque me gusta tener reservado. Usté tan bien siempre dice que es bueno tener reservado en el banco.
-Esos son los ahorros. ¡Eso no tiene nada que ver con una operación matemática, que debe ser exacta! ¡Me estás haciendo cambiar el genio de nuevo, animalejo! Falta un mes de clases y no aprendes a restar. ¿Sabes cuántos años te faltan para ir a la guerra? 11 años.
-Chuta, menos mal que son hartos años en vez que no son pocos años, porque no quero ir a la guerra, tío. Y para que sepa yo me estoy estrenando para puro que no me maten si llegan los señores penuaros.
-Tranquilo, que nadie te va a matar. Menos a ti. Ni siquiera se darán cuenta de que existes.
-¿Pero si vienen los señores penuaros me va esconder en el close, tío?
-Te voy a meter adentro de la caja con fotos viejas.
-Chuta, menos mal. Tío, ¿los señores penuaros de la Catedral tienen metralladoras?
-No, tienen muchos celulares, pero nunca les he visto ametralladoras.
-Ah. ¿Y tienen cascos?
-No. Pero ellos no van a venir. No creo que venga nadie hasta acá.
-Tío, ¿y es verdá que los señores penuaros inventaron una línia en el mar?
-Eso decimos nosotros.
-¿Qué decimos nosotros tío? Porque yo tuavía no sé mucho yo.
-Chile dice que ellos quieren correr la línea del límite marítimo.
-¿Y como se cuede hacer una línia en el mar, tío? ¿No se mueve la línia con las olas?
-Contigo no se puede hablar. Mejor sigue con la escoba, pero no patas arriba sino patas abajo. Eso quiere decir: ¡anda y barre!
-Tengo miedo tío. No quero que lleguen los señores penuaros.
-Te digo que no van a venir.
-¿Cuedo jugar un rato a Kudai para ver si se me olvida esta temerosidad que tengo?
-Deberías entrenarte haciendo restas mejor, pero por esta vez, juega un poco a tus Mitos y Leyendas. Te concedo cuatro minutos.
-¡Gracia!
Tuesday, November 01, 2005
¡Una locomotora para ElMonito!
-Tío, y esto ¿qué es?
-Una locomotora.
-¿Y dónde están las ruedas de la locomotora?
-Adentro de la caja.
-¿Y adentro de la caja está la locomotora?
-Sí.
-¿Y el humo tan bien de la locomotora está en la caja?
-No, porque es una locomotora eléctrica.
-¿Y dónde están los cables de la elestricidá?
-¡Cállate, mequetrefe boca de sapo! ¡Siempre te sales con la tuya y encima eres majadero! ¡Abre la caja de una vez por todas!
-Bueno, tío, pero ¿y si me da la corriente?
-¡No está enchufada! ¡No tiene corriente!
-¿Y cómo vandar entonce?
-¡Si no anda!
-Entonces no sirve.
-¡Abre la caja!!!!!!
-Ya, pero no se enoje, ¿no ve que descués los señores le dicen retón?
-Soy retón, ¡porque tú me sacas de quicio!
-¿Qué es quicio tío? ¿Es un cuadradito de la baldosa?
-¡Abre la caja!!!!
-Ya... pero tío...
(Pausa de asombro)
-¡Son puros trencitos! ¿Ya empezó la Navidás?
-Son tuyos. Te los mandaron tus amigos. ¿Sabías que eres igual que Roberto Carlos?
-Sí sabía, porque el Toro y el Martínez me sacan pica y me dicen que tengo la pelada de Roberto Carlos y pateo la pelota en el recreo cuando jugamos y le pego como burro a la pelota, igual que Roberto Carlos del Real Madrís. Eso dicen.
-Ese Roberto Carlos no, yo hablo del otro Roberto Carlos.
-¿Cuál tío?
-El que tiene un millón de amigos. Tú vas a tener un millón de amigos, ¿te has dado cuenta? Algún día no me necesitarás, tendrás cariño de sobra.
-Pero yo tan bien quero tener el cariño de usté, querido tío señor Lamordes, porque ya me acostumbré, en vez que si usté no está yo me ponería triste porque lo echaría de menos, aunque me eche al clóse y descués me rete por las notas y una vez me tiró en las orejas y yo casi lo acusé a ni tía del colegio, para que sepa.
-Ya, anda a disfrutar de tus trencitos y déjame tranquilo un rato.
-Tío...
-¿Que pasa ahora?
-¿Cuedo llevar los trencitos al colegio?
-¿Y para qué?
-Es que yo me conformo con unos dos trencitos, no, mejor unos catorce trencitos, pero quero llevar los otros al colegio para dárselos a los niños pobres.
-Bueno, déjalos en la caja y mañana se los llevas. Y ahora come rápido y anda a lavarte las manos porque vamos a ir al cementerio.
-¿Va ver a la agüelita Fani y al agüelito Sergio?
-A todos los recordados difuntos.
-Bueno, ¿pero cuedo por mientras tanto jugar un ratito al mazo de Mitos y Leyendas de Kudai?
-Ya.
(Sale ElMonito)
-¿Ya salió este bandido? Voy a mirar por la ventana... sí, está jugando en el patio con sus famosas láminas... déjenme decirles algo entonces, para callado: ¡Gracias, amigos, por tan hermosos comentarios! Han redescubierto, al igual que yo, el tesoro de la infancia. No lo pierdan nunca, no permitan nunca que los débiles sucumban ante la fuerza y el poder de quienes lo tienen todo. Somos humanos y tenemos múltiples defectos, es verdad. A veces quisiéramos ser de otra manera, ser mejores. Tratamos... y fallamos. Eso no es lo importante. Lo que importa, a juicio de este tío retón, es que el corazón en su esencia se mantenga puro, se mantenga como el corazón de un niño de ojos abiertos, indefenso y expuesto a la vida, como el corazón de nuestro querido sobrino ElMonito, a quien tanto le debo...
-Una locomotora.
-¿Y dónde están las ruedas de la locomotora?
-Adentro de la caja.
-¿Y adentro de la caja está la locomotora?
-Sí.
-¿Y el humo tan bien de la locomotora está en la caja?
-No, porque es una locomotora eléctrica.
-¿Y dónde están los cables de la elestricidá?
-¡Cállate, mequetrefe boca de sapo! ¡Siempre te sales con la tuya y encima eres majadero! ¡Abre la caja de una vez por todas!
-Bueno, tío, pero ¿y si me da la corriente?
-¡No está enchufada! ¡No tiene corriente!
-¿Y cómo vandar entonce?
-¡Si no anda!
-Entonces no sirve.
-¡Abre la caja!!!!!!
-Ya, pero no se enoje, ¿no ve que descués los señores le dicen retón?
-Soy retón, ¡porque tú me sacas de quicio!
-¿Qué es quicio tío? ¿Es un cuadradito de la baldosa?
-¡Abre la caja!!!!
-Ya... pero tío...
(Pausa de asombro)
-¡Son puros trencitos! ¿Ya empezó la Navidás?
-Son tuyos. Te los mandaron tus amigos. ¿Sabías que eres igual que Roberto Carlos?
-Sí sabía, porque el Toro y el Martínez me sacan pica y me dicen que tengo la pelada de Roberto Carlos y pateo la pelota en el recreo cuando jugamos y le pego como burro a la pelota, igual que Roberto Carlos del Real Madrís. Eso dicen.
-Ese Roberto Carlos no, yo hablo del otro Roberto Carlos.
-¿Cuál tío?
-El que tiene un millón de amigos. Tú vas a tener un millón de amigos, ¿te has dado cuenta? Algún día no me necesitarás, tendrás cariño de sobra.
-Pero yo tan bien quero tener el cariño de usté, querido tío señor Lamordes, porque ya me acostumbré, en vez que si usté no está yo me ponería triste porque lo echaría de menos, aunque me eche al clóse y descués me rete por las notas y una vez me tiró en las orejas y yo casi lo acusé a ni tía del colegio, para que sepa.
-Ya, anda a disfrutar de tus trencitos y déjame tranquilo un rato.
-Tío...
-¿Que pasa ahora?
-¿Cuedo llevar los trencitos al colegio?
-¿Y para qué?
-Es que yo me conformo con unos dos trencitos, no, mejor unos catorce trencitos, pero quero llevar los otros al colegio para dárselos a los niños pobres.
-Bueno, déjalos en la caja y mañana se los llevas. Y ahora come rápido y anda a lavarte las manos porque vamos a ir al cementerio.
-¿Va ver a la agüelita Fani y al agüelito Sergio?
-A todos los recordados difuntos.
-Bueno, ¿pero cuedo por mientras tanto jugar un ratito al mazo de Mitos y Leyendas de Kudai?
-Ya.
(Sale ElMonito)
-¿Ya salió este bandido? Voy a mirar por la ventana... sí, está jugando en el patio con sus famosas láminas... déjenme decirles algo entonces, para callado: ¡Gracias, amigos, por tan hermosos comentarios! Han redescubierto, al igual que yo, el tesoro de la infancia. No lo pierdan nunca, no permitan nunca que los débiles sucumban ante la fuerza y el poder de quienes lo tienen todo. Somos humanos y tenemos múltiples defectos, es verdad. A veces quisiéramos ser de otra manera, ser mejores. Tratamos... y fallamos. Eso no es lo importante. Lo que importa, a juicio de este tío retón, es que el corazón en su esencia se mantenga puro, se mantenga como el corazón de un niño de ojos abiertos, indefenso y expuesto a la vida, como el corazón de nuestro querido sobrino ElMonito, a quien tanto le debo...
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