-Tío...
-Qué.
-Quero sacar mi diez por ciento.
-Sácalo.
-¿Pero se cuede saber dónde tengo mi diez por ciento?, porque quero sacarlo altiro. Al-tiro.
-Anda a preguntar a la esquina.
-Bueno. Emprésteme la mascarilla para ponerme la mascarilla para ir a la esquina con mascarilla, porque si voy a la esquina sin mascarilla los caradineros me llevan preso y descués tengo que pagar multa.
-La pagas con tu diez por ciento.
-Ni tonto. Mejor me pongo la mascarilla, pero me cuesta respirar con la mascarilla y cuando respiro mi estufo me da calor. Un día tuve que hacerme la mascarilla para el lado y respiré fresquito, pero nadien me vio. Menos mal.
-Bueno.
-Ya.
-Ya que.
-Ya voy a ir a la esquina a sacar el diez por ciento.
(Sale).
-Este gaznápiro me hace salir canas verdes. Ni siquiera puedo leer el diario tranquilo ni tomarme un aperitivo antes de almuerzo en la cuarentena. ¡Es mucho lo que sufro!
(Vuelve).
-¿Trajiste tu diez por ciento, pequeñajo?
-No había nadien, pero cuando llegué al almacén de la esquina había cola, pero no pregunté del diez por ciento porque me dio vergüenza querido tío señor Lamordes.
-Vaya, vaya, terminó tu aventura del famoso diez por ciento.
-¡Pero quero sacar mi diez por ciento! ¡Injusticia!
-Sácalo de tu alcancía, porque a ti la AFP no te va a dar nada.
-¿Qué es la efe pé?
-La administradora de fondos de pensiones. Esas son las que entregan el diez por ciento.
-¿Y yo estoy incrito o no estoy incrito en la efe pé?
-No.
-¡Por qué!
-Porque eres muy chico y tienes que trabajar.
-Pero si yo trabajo para que sepa.
-¿Cuándo?
-El otro día usté me dijo que pasara el crapero y pasé el crapero y descués usté me pasó la mano por la pelada y no me pagó. ¡Me estafó!
-Pasaste mal el trapero. Quedaron todos los muebles llenos de polvo.
-Bueno. Fregué.
(ElMonito se aleja y vuelve).
-¡Tío, encontré la alcancida y suenan hartas monedas de cien pesos parece o a lo mejor suenan de mil pesos cuarenta!
-¿Quieres sacarlas todas?
-No, mejor el puro diez por ciento... ¿cuántas monedas son el diez por ciento?
-Bastantes.
-¿Alcanzan para comprar un zapato?
-Yo creo que sí. ¿Para qué quieres un zapato?
-No, tío, si no quero un zapato para mí, porque yo uso zapatillas. Quero comprar un zapato para usté, porque el otro día usté estaba leyendo el diraio con un zapato levantado y con el otro zapato pisando el suelo y en el zapato levantado yo le vi un hoyito de gastación, porque se le veía el calcetín y cuando caminara entonces con el calcetín cuede pisar un pollo contagiado de coronavirus y se cuede morir cuando se saque el calcetín en la noche para acostarse, así que mejor le compro un zapato con el diez por ciento y usté se salva, porque yo no quero que se muera tuavía porque está viejito pero no está tan viejito, un poco viejito no más, no tanto...
