El horror del día

-Tío, cusieron una bomba en el Metro de acá.
-No me digas.
-Claro, porque esplotó y salieron unos señores con sangre, pero no era de mentira porque era sangre roja de verdá.
-Así estoy viendo...
-¿Usté no iba subirse menos mal por casualidá, o iba subirse menos mal que no?
-No.
-Menos mal.
-¿Qué te parece, mequetrefe?
-Me parece muy mal, querido tío señor Lamordes, porque son personas malas, pero a lo mejor querían hacer esplotar al dueño del Metro porque subió el pasaje, porque tan bien el otro día unos señores se saltaron los tortineques del Metro y se calaron no más.
-¿Y qué te parece todo esto que está pasando?
-Me parece que ahora me están dando ganas de poner una bomba porque se puso de moda, entonces no es tan malo poner bombas porque los caradineros no cueden hacer nada, en vez que los meten presos a los caradineros, porque el otro día cuando en mi colegio se votó la toma nadien dijo quero venir a clase porque el que decía quero venir a clase los de la toma decían que lo iban a degollán, parece, así que tuvieron que no ir a clase por obligación. Así que parece que el año cuando termine voy a volver a pasar a primero Jota parece.    

Horror de horrores

-Qué haces, renacuajo.
-Estoy jugando a depaquitar a un pollo, querido tío señor Lamordes.
-¡Dónde viste eso!
-En las noticias. Un señor de de vestido neigro le entierra un cuchillo a un señor con vestido salmón y entonces lo depaquita. Quere decir que le saca la cabeza de mentira.
-¿Por qué de mentira?
-Porque es un truco, porque no cuede ser de verdá que un señor le depaquita la cabeza a otro señor porque entonces quere decir que el señor que le depaquita la cabeza al otro señor sin cabeza entonces quere decir que el señor que depaquita se volvió loco vestido de neigro.
-Ah, sí, tienes razón. ¿Y el pollo?
-Es un pollo de plástico que me emprestó la Yendelin Barahona, que se lo regalaron para el día del niño pero dijo que no le gustó porque quería un áifon pero sus papás de ella le regalaron un pollo de plástico para que jugara a la cocina. ¡Son más tontos!